Thursday, January 13, 2005

Dos muestras elocuentes de la descomposición

Este “culto” que la delincuencia ha pretendido hacer a la bandera es falso y a la vez perverso. No es más que la confirmación de que sus promotores entienden que ya esto es “tierra de nadie” y que, con sus actos y aventuras delictivas, han logrado que las autoridades tiren la toalla y les dejen el campo libre a sus desmanes.

Envolver el ataúd de un delincuente con la bandera nacional constituye un vergonzoso acto de profanación de nuestro símbolo patrio.Otra muestra de la descomposición que acusan determinados valores en nuestra sociedad, una de cuyas más sobrecogedoras expresiones es la burla a la autoridad y a la ley.

Los delincuentes, que ya están demasiado envalentonados con su capacidad de desafiar a la Policía y a la Justicia creen que ha llegado el momento de relajar también los sagrados estandartes patrios, para que se entienda que lo que tenemos es una caricatura de país.

Todo lo que representa la bandera, como suma de los valores y del orden legal en que fue creada la República Dominicana, es lo opuesto a lo que buscan los delincuentes cuando, por medio de la violencia, la extorsión, el crimen y el chantaje, intentan destruir la coexistencia pacífica, la tranquilidad de los barrios y el rigor de nuestras leyes y normas sociales.

El que un antisocial sea llevado hasta su tumba envuelto su féretro en la bandera es un hecho que hiere la sensibilidad de todos aquellos dominicanos que respetan a la bandera como un símbolo de identidad nacional.

El uso, en estas circunstancias, es francamente violatorio de los reglamentos existentes, ya que las reglas oficiales sólo admiten la colocación del estandarte en féretros de presidentes, vicepresidentes, ex-presidentes y ex-vicepresidentes, oficiales generales de las Fuerzas Armadas y la Policía y los soldados muertos en combate.

Es lamentable que la autoridad , que vigilaba de cerca el cortejo, permitiera este insulto y este abuso. Esto refleja anarquía.

¿Acaso ha claudicado la autoridad frente a estas osadías de los delincuentes? ¿Acaso la paralizó el miedo y le impidió retirar la bandera del ataud por la burla y humillación que ello representa para una sociedad dolida y herida por sus desafueros?Este “culto” que la delincuencia ha pretendido hacer a la bandera es falso y a la vez perverso.

No es más que la confirmación de que sus promotores entienden que ya esto es “tierra de nadie” y que, con sus actos y aventuras delictivas, han logrado que las autoridades tiren la toalla y les dejen el campo libre a sus desmanes.

Por eso se dan el lujo de mostrarle a la sociedad que ellos, con la bandera, pueden hacer lo que les venga en ganas. Hasta tenerla de trapo.

Y si acaso ese acto no es suficiente, otro más elocuente confirma este proceso de descomposición: la presencia de ciudadanos con pancartas frente al Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, reclamando que se respeten “los derechos” de un implicado en el narcotráfico, al que habría que preguntarle si también respetó las leyes y los derechos nacionales como para hacerse acreedor de semejante homenaje a su “honradez” y su “inocencia”.

http://diarioadiario.com.do

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