Guajimía: ¿quién se anima a limpiarla?
Sugerimos al Ayuntamiento del municipio Santo Domingo Oeste que organice, cada 200 metros lineales, una brigada con los residentes en ambas orillas, para proceder a la limpieza de esos tramos, por paga
La cañada de Guajimía sigue siendo el gran basurero del municipio Santo Domingo Oeste, a pesar de que el Congreso aprobó un préstamo de 83.5 millones de dólares de Canadá para sanearla por completo.Tal vez los fondos nunca lleguen y nada puedan hacer las autoridades para resolver esta situación, salvo dejar que el tema sea , como siempre lo ha sido, materia prima de la demagogia electoral o de las promesas incumplidas de nuestros políticos.¿Por qué la gente que se arracima en sus orillas descarga en ella todas sus basuras? Sencillamente porque no existe un sistema eficaz de recogida de basura en ese sector y porque a nadie se le ha ocurrido aplicar medidas prácticas para lograrlo.Sugerimos al Ayuntamiento del municipio que organice, cada 200 metros lineales, una brigada con los residentes en ambas orillas, para proceder a la limpieza de esos tramos, por paga.Una vez limpiados los tramos, mediante un operativo general, se puede implementar un mecanismo de distribución, entre todos los residentes en sus alrededores, de fundas plásticas o envases más resistentes para que depositen en ellos sus desperdicios.Camiones o camionetas , propios o alquilados, deben ser utilizados en un sistemático servicio de recogida de esas fundas, mientras las brigadas se ocupan de cuidar la cañada para que otros no sigan ensuciándola más de la cuenta.Hay que facilitar la recogida de la basura pues, de lo contrario, la gente no se la tragará ni se ahogará en ella.Si es posible, en las brigadas pueden participar personas que han sido beneficiadas con el programa “Comer es primero” para que aporten su fuerza física de trabajo por el bien suyo, de sus familias y de la comunidad.No podemos hacernos muchas ilusiones con los “mega-proyectos” urbanísticos que se anuncian como parte del trabajo de saneamiento y, en lo que liberan los fondos, si es que los liberan, hay que resolver con pragmatismo este problema.La cañada no aguanta más basura.Cuando llueve, esta basura cae en el río Haina, contamina sus aguas, elimina oxígeno y mata los peces.Esta cañada es fuente contaminante, incubadora de epidemias y, además, un peligro para los que residen en sus orillas. Ya se han ahogado muchos niños y jóvenes cuando se desborda. Estamos seguros de que si a esas pobres familias se les facilita un mecanismo para recogerle sus basuras, no las tirarán en la cañada.Esas soluciones prácticas están al alcance de sus autoridades. Si las fundas o los envases no se pueden vender a los residentes, pues que se especialice una parte de los arbitrios cobrados como un fondo para suplirlos, y que se organicen premiaciones para los residentes que mantengan limpios sus respectivos tramos de cañada. Hagamos la prueba...y luego veremos.
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