Tuesday, May 17, 2005

Arrabalización amenaza nuestros polos turísticos

Un país no puede desarrollar el turismo mezclando hoteles de lujo con arrabales. Eso es un contrasentido. Y aquí lo estamos permitiendo. Cerca de varios hoteles en la zona de Bávaro, por ejemplo, se multiplican como semilleros casuchas y negocios que ofrecen un feo y desagradable marco a las majestuosas instalaciones hoteleras de grandes cadenas nacionales e internacionales.


Con el inicio de los trabajos del complejo turístico Cap-Cana, en Higüey, se robustece la base que ha ido creando el país para sacar del turismo el mayor de los provechos.

En esa zona se construyen más hoteles que harán elevar la oferta a 26 mil habitaciones en un corto tiempo.

En la medida en que se abren estas oportunidades, es mayor el compromiso que tenemos todos —gobierno y sociedad— en la protección de la llamada “industria sin chimeneas”, la que le provee al país, en estos momentos, el grueso de sus divisas.

Sin embargo, no nos luce que estemos haciendo lo que mandan las realidades en este sentido.Si tomamos el caso de Puerto Plata, donde nuevas infraestructuras han sido creadas para revertir una etapa de declive, nos damos cuenta de que los factores que hacen un turismo sustentable no están siendo tomados en cuenta.

Las calles y avenidas están deterioradas, hay aguas malolientes y desperdicios en pleno malecón, hay un panorama de viviendas victorianas desvencijadas y un creciente proceso de arrabalización en sus entornos hoteleros. Lo mismo pasa en Punta Cana y Bávaro.

El cáncer de la arrabalización, la bullanguería y el descontrol se tornan fuertes amenazas a las nuevas y elevadísimas inversiones que se están haciendo en la zona para consolidar el turismo.

Cerca de varios hoteles en la zona de Bávaro, por ejemplo, se multiplican como semilleros casuchas y negocios que ofrecen un feo y desagradable marco a las majestuosas instalaciones hoteleras de grandes cadenas nacionales e internacionales.

Los prostíbulos, las peleas y el bullicio completan el “decorado” de una zona que, por la naturaleza del negocio, necesita de paz, seguridad, limpieza y orden.

Las autoridades, las pasadas y las presentes, han palpado esa realidad. No han hecho nada para aminorarla o resolverla.Un país no puede desarrollar el turismo mezclando hoteles de lujo con arrabales. Eso es un contrasentido. Y aquí lo estamos permitiendo.

Es indispensable un plan maestro para la regulación de los entornos turísticos de nuestro país. Hay que hacerlo antes de que sea tarde.En ningún otro país que ha cultivado al turismo como una de sus fuentes principales de divisas se ve el panorama, deprimente, que existe en el nuestro.

El apoyo oficial o estatal al turismo es mínimo.

Si bien es cierto que la responsabilidad y el riesgo de la inversión es de los hoteleros o empresarios turísticos, no lo es menos que un Estado que se beneficia de esos ingresos debe aportar su granito de arena para mejorar las condiciones de los entornos hoteleros y de los pueblos adyacentes.

1 Comments:

At 10:22 PM, Anonymous Anonymous said...

Hola !! Buenas
Mi comentario sobre este tema es para hacer resaltar dicha informacion sobre el comentario area turistica de punta cana bavaro, estoy totalmente de acuerdo con dicho comentario de las nuevas viviendas y delicuencia que se esta formando en aquella zona turistica, quien escribe tiene mucho conosimiento sobre bavaro punta cana, y tammbien me gustaria resaltar algo que me llama siempre la atencion es la poblacion haitiana que alli en aquella existe, la zona turistica de bavaro punta cana esta sobrecargada de estos ciudadanos haitianos.

Buenas Tardes.

 

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