Saturday, May 14, 2005

Preocupante cadena de despidos

Es que de repente hemos visto cesar a miles de trabajadores en pocos meses y no ha habido otra fuente, tan potencial y estable como esa, que los absorba.


De una población de 4 mil trabajadores hasta hace un año, apenas quedan unos 1,500 en las empresas de zona franca de Puerto Plata.

El mismo fenómeno se está dando en otras ciudades donde operan empresas de este género, y todo el mundo sabe cuál es la causa: una pérdida acelerada de competitividad de sus productos por la masiva entrada de sus iguales chinos en el mercado norteamericano.

Pero también hay factores locales que, combinados con aquel fundamental, han marcado este retroceso.

Los empleados despedidos de la zona franca tienen destrezas y especialidades. No quiere esto decir que, por tales capacidades, pueden por sí mismos emprender negocios de subsistencia de forma inmediata.

Estas cancelaciones masivas repercuten en la economía de esas ciudades. Los motoconchistas tienen menos usuarios, los que venden comidas o cualquier otro artículo ya no tienen a los mismos consumidores demandándoles esos productos, las mujeres frecuentan menos los salones de belleza, los colmaderos dejan de vender lo que vendían.

Es una cadena de efectos, en nada positivos, para las economías que han dependido y marchado con los aportes y los gastos de estos empleados.

En el caso de Puerto Plata, esto equivale a una tragedia para centenares de familias pobres.Esto tiene que poner a reflexionar al Gobierno y al resto de la sociedad. Es que de repente hemos visto cesar a miles de trabajadores en pocos meses y no ha habido otra fuente, tan potencial y estable como esa, que los absorba.

No se están creando, para colmo, nuevas fuentes de trabajo, porque hasta ahora las obras del Gobierno no son del tipo de las que generan mucha mano de obra.

Habrá que volver al libro balaguerista y promover la construcción de viviendas, apartamentos y otras edificaciones, y obras que muevan la economía de los pueblos y sean un paliativo a tan alto e imparable desempleo.

Hasta ahora, ni el Estado ni el sector privado han podido contener los factores que obligan a estos despidos.

Pero tampoco han contribuido a crear plazas de repuesto, para amortiguar el enorme impacto que este desempleo provoca en la vida y la economía de nuestros pueblos.En la medida en que se hace difícil para la mayoría el acceso a un ingreso estable y digno, en esa medida se aprietan las condiciones de vida de sus familias.

Salvo otras actividades que han demostrado ser impulsoras de la economía, es en la construcción donde descansa la vía más expedita y concreta para revertir esta situación de desempleo y para cambiar este estado de cosas.

Mayo 10, 2005

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