El rockash, es “pa’fuera” que debe de ir
El “rockash” sólo ha sido bueno para quienes se ganaron una millonada con su traslado y con su depósito en nuestras costas, pero no para las centenares de familias que hoy sufren sus efectos contaminantes.
La basura o “rockash” que desgraciadamente permitieron depositar aquí las pasadas autoridades, debe ser sacada del país, sin contemplaciones.
Aparte de que su depósito constituyó una violación a nuestras propias leyes, la permanencia de esos residuos en Samaná y Monte Cristi ha causado ya algunos inconvenientes.Se reportan muertes y personas afectadas en la piel, así como numerosos casos de pacientes con problemas pulmonares, por los efectos de esa inconveniente basura.
El Presidente Leonel Fernández, siendo candidato presidencial, prometió que si ganaba el poder esa basura sería removida y devuelta a su lugar de origen.
Esto no ha ocurrido y es menester, pues, que el procurador general de Medio Ambiente, que tiene a su cargo el asunto, actúe con firmeza y decisión y disponga de inmediato la retirada de esos desperdicios y someta ante los tribunales a los que se prestaron para ese vil y dañino negocio que perjudica las potencialidades turísticas de Samaná y Monte Cristi.
El “rockash” sólo ha sido bueno para quienes se ganaron una millonada con su traslado y con su depósito en nuestras costas, pero no para las centenares de familias que hoy sufren sus efectos contaminantes.
El procurador de Medio Ambiente para la zona Noroeste ha dado testimonio de que varias personas han muerto de cáncer, incluyendo la directora del hospital de Manzanillo, mientras que entre los enfermos figuran la directora de la escuela pública, el ex-fiscal, dos empleadas del Ayuntamiento con sus familiares y otras personas más.
Esto refleja una situación escandalosa y peligrosa que debe mover a la acción rápida de las autoridades.O, al menos, a que se brinden informaciones completas a la opinión pública sobre el nivel de toxicidad de estos residuos y sobre la forma en que un grupo de personas, autoridades incluidas, formó criminal contubernio para echarle a este país ese cargamento de basura que ningún otro se atrevió a recibir.
Insistimos en que, acerca de este caso, el Gobierno debe dar un ejemplo para que en el futuro los responsables de estudiar y conceder permisos para actividades que puedan afectar el medio ambiente, se abstengan de hacerlo por puro lucro personal.
La Secretaría de Medio Ambiente está para proteger el ambiente, no para hacer chanchullos de ningún género con traficantes de rockash u otras basuras dañinas, ni para permitir impunidad, tolerancia e indiferencia ante el caso específico del material que fue depositado en Samaná y Manzanillo.
El “rockash”, como toda cosa maligna, es “ pa’ fuera” que debe de ir. Y mientras más rápido, mucho mejor.
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