Los nuevos “Balá” se adueñan de las calles
Esos “paleros” son tan delincuentes como los que andan atracando y matando gentes en el país, pero a juzgar por su quehacer tan visible y previsible, siguen haciendo de las suyas porque hay anuencia o flojedad de las autoridades para reducirlos a la obediencia
Hace pocos días, la directiva de un sindicato de choferes de las rutas K, M y N de Santiago distribuyó entre sus miembros 90 garrotes, bien grandes y sólidos.Son las “armas” que han decidido usar para responder a la agresión no de los delincuentes comunes sino de los choferes de otras rutas, reclamando para sí el soberano y pleno poder de “administrar” determinadas vías, impidiendo que cualquier otro haga negocios en ellas.La situación es la misma –o más grave– en la Capital, y a lo largo de aquellas rutas interurbanas que conectan a las principales ciudades del país.Numerosos incidentes han dejado como saldo choferes muertos a palos o tiros y vehículos incendiados o seriamente averiados.Ejecutivos del LISTÍN han observado a estos nuevos “paleros”, que se asemejan a los de Balá en los tiempos post-trujillistas, operando en la avenida Las Américas con Charles de Gaulle, en la avenida Winston Churchill con John F. Kennedy , 27 de Febrero y Rómulo Betancourt, en la Núñez de Cáceres con Independencia, en la avenida Duarte, debajo del puente, y en la Isabel Aguiar, a la salida para la carretera 6 de Noviembre, en el kilómetro 8 de la carretera Sánchez y en la Ortega y Gasset con Roberto Pastoriza.Nuestros corresponsales han reportado casos de graves agresiones en las rutas del cercano y profundo Sur, en los que han intervenido personas que utilizan garrotes y a veces armas de fuego.En aquellas avenidas de la Capital por donde se produce un alto flujo vehicular y existen paradas para los pasajeros, operan estos bandoleros de la manera más impune, provistos, inclusive, de aparatos de radio-comunicación para ubicar a sus víctimas.Las agresiones no solamente afectan a los choferes, que, de acuerdo con los bandoleros, son “intrusos” en sus rutas, sino que alcanzan también, con mucha frecuencia, a los pasajeros. Es como si se tratara de emboscadas en las que los vehículos “piratas” tienen que pagar por la fuerza un peaje para seguir transitando, o abandonar la ruta inmediatamente.Ni los policías de AMET, que son , al parecer, los que están autorizados por ley a dar garrotazos a choferes y a inofensivos ciudadanos, entre ellos a periodistas y fotógrafos, ni los de la Nacional actúan contra estos delincuentes, dueños de las rutas del transporte público.Mientras se crucen de brazos frente al proceder de estos malandrines armados de garrotes, ninguna autoridad tendrán estas instituciones para impedirle a cualquier ciudadano que, provisto también del suyo, haga lo mismo, por cualquier razón o motivo.Esos “paleros” son tan delincuentes como los que andan atracando y matando gentes en el país, pero a juzgar por su quehacer tan visible y previsible, siguen haciendo de las suyas porque hay anuencia o flojedad de las autoridades para reducirlos a la obediencia, trancarlos e impedir que sigan cometiendo sus desafueros, como si fueran dueños de nuestras calles.
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