Benedicto XVI, un gran custodio de la fe
La humanidad puede estar segura de que con Benedicto, XVI se preserva el liderazgo moral que la Iglesia ha cincelado, en gran medida por los efectos de las ideas y los valores de la fe que él mismo, como gran teólogo, impulsó desde su prefectura con libros y mensajes y en su andar misionero junto al querido y santo Juan Pablo II
El mundo católico ha recibido, con regocijo, la noticia de que ya tiene un nuevo Pontífice, Benedicto XVI, cardenal Joseph Ratzinger, un auténtico custodio de la fe.El luminoso horizonte cimentado por los 27 años de pontificado de Juan Pablo Segundo está garantizado en las manos de Benedicto XVI.“El Señor me ayudará en ese camino,” ha proclamado en su primera bendición al mundo.Su elección, rápida en el tiempo, es una prueba de que el colegio cardenalicio anduvo certero al reconocer sus inmensos méritos como prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que lo acredita como una de las mentes mas lúcidas del cristianismo contemporáneo.Trabajó estrechamente al lado de su antecesor y se le reputa tan valiente como Juan Pablo Segundo, especialmente en su denuncia del relativismo que parece ganar espacios en la conducta, la mente y los instintos de muchos humanos, que prefieren echar a Dios a un lado y rendirse ante los “ nuevos dioses” de la modernidad, la increencia, el consumismo y el individualismo, entre otros.La humanidad puede estar segura de que con Benedicto XVI se preserva el liderazgo moral que la Iglesia ha cincelado, en gran medida por los efectos de las ideas y los valores de la fe que él mismo, como gran teólogo, impulsó desde su prefectura con libros y mensajes y en su andar misionero junto al querido y santo Juan Pablo II.Un secretario laboriosoNadie puede poner en dudas que, como miembro del Gabinete, el secretario de Obras Públicas ha sido uno de los que ha demostrado más capacidad y dedicación a su trabajo en el corto tiempo que lleva este régimen. Entre las obras más importantes que hasta ahora puede exhibir el Gobierno, en el plano material, muchas corresponden a su Secretaría.No ha ido a perder el tiempo ni a involucrarse en las querellas o en la puja de intereses que caracterizan el ejercicio de un secretario de Obras Públicas, dada la diversidad de obras que están a su cargo, para concesión o para ejecución propia.Se le ve por todos lados, en especial en aquellos lugares que están reclamando obras con urgencia.O donde hay o hubo dificultades.Y tiene un perfil de funcionario discreto que actúa más como profesional de la ingeniería —campo en el cual ha ganado muchos méritos, según sus colegas— que como político populista que procura ganar simpatías y adeptos entre los suyos y los de fuera, aprovechando los cuantiosos recursos y el poder que dimanan de su dependencia.Dejémosle trabajar, hasta que no pueda hacerlo bien o hasta que demuestre que no es competente para el cargo.
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