“Hasta nuevo aviso”
A todos los que han llamado para hablar sobre el personaje Quirino han acudido a la cita, no obstante los elevados y poderosos cargos que ocuparon. Hacerlo con Mejía es imperativo para aclarar muchas interrogantes que legítimamente debe plantearse un ministerio público
Pocas veces la prensa ha reseñado alguna reunión, en privado y en Palacio, del fiscal del Distrito con el Presidente de la República.La de ayer, por su duración y por sus resultados, ha causado muchas conjeturas, porque tras ella el fiscal anunció la suspensión de la cita para interrogatorios del ex presidente Hipólito Mejía.El fiscal José Manuel Hernández explicó que acudió al Palacio a informarle su decisión al Presidente de la República y dijo que no ha recibido presión del Jefe del Estado para que actuara de esta forma.Antes no se había dicho que el Fiscal acudió también a Palacio a informarle al Presidente que procedería a citar a Mejía.Además, ni para citarlo ni para revocar la citación hay que consultar al Presidente, pues esto implicaría envolverlo en el curso de un proceso que, hasta ahora, no ha pasado de la fase investigativa.En esta fase, nadie puede acusar a los actores.Sencillamente, se procuran los testimonios, se comparan con los de otros testigos, se evalúan en función de los méritos como piezas para un futuro expediente, y se dictan las medidas de lugar.A todos los que han llamado para hablar sobre el personaje Quirino han acudido a la cita, no obstante los elevados y poderosos cargos que ocuparon. Hacerlo con Mejía es imperativo para aclarar muchas interrogantes que legítimamente debe plantearse un ministerio público.Aunque la Fiscalía argumenta que se han sumado nuevos elementos a la investigación, no nos parece que esa sea una razón suficiente para revocar una citación de un testigo. Este puede ser llamado cuantas veces lo estime necesario el fiscal investigador.Para la gente de la calle, que ha reaccionado con estupor y asombro ante esta noticia, esto significa que al Gobierno y al ministerio público le han tumbado el pulso en esta fase, ya que, por extraña coincidencia, ayer el ex presidente anunció que el lunes, en una cadena de radio y televisión, denunciaría supuestas irregularidades en los procesos de privatización de las empresas de energía y de azúcar, en el programa Peme y también diría algunas cosas importantes de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, que creó y guía el presidente Leonel Fernández.En realidad, al pueblo debería decírsele toda la verdad sobre esos casos y algo más, sin excluir lo que tiene que ver con Quirino. La citación a Mejía alentó las esperanzas de que habíamos entrado en un curso irreversible de esclarecimiento y sanción de hechos punitivos. De que, en verdad, el Poder Ejecutivo no interferiría con la Justicia ni de que permitiría “vacas sagradas” intocables por los tribunales. Abramos un compás de espera antes de que se agote el último aliento de esa esperanza, y comprobaremos con el tiempo si la causa anticorrupción que enarbola este Gobierno es auténtica o se trata de una pura mascarada.
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