Monday, April 11, 2005

Un legislador de buenas iniciativas

El senador José Tomás Pérez, en solitario, con decencia y sin estridencia, ha cumplido una excelente labor. Eso mismo podemos decir, en justicia, de otros de sus colegas que, no importa la organización a la que pertenezcan, se esmeran en aprovechar su tiempo legislativo en asuntos importantes para la nación y para nuestro futuro

N o siempre es posible distinguir entre Senado y senadores, sobre todo cuando el cuerpo está dominado por los de un mismo partido, esté o no en el poder.Por eso, a menudo, se vierten críticas contra el Senado cuando vota o deja de votar asuntos controversiales, sin reparar en el hecho de que en esa cámara intervienen legisladores que, en determinadas coyunturas, disienten de la mayoría.Pero a todos, lamentablemente, se les pega por igual el anatema. Porque forman parte de un mismo cuerpo y, para la opinión pública, que no anda entrando en esos detalles, lo que uno o unos hagan o dejen de hacer, es obra del Senado, en su conjunto.Esta percepción hace que, con frecuencia, no podamos calibrar el trabajo individual de los senadores, como es el caso del senador peledeísta José Tomás Pérez que, literalmente en solitario, ha logrado que le conviertan en leyes muchas importantes iniciativas.Fue el autor, por ejemplo, de la ley de acceso a la información pública, una iniciativa que el Presidente Fernández —y todo el país, o todo el que defiende la democracia— ha ponderado positivamente por sus enormes implicaciones para el ejercicio transparente del poder.Luego introdujo la ley sobre los burós de crédito, para regular las prácticas abusivas de las empresas que manejan informaciones de clientes o entidades que deben a los bancos y financieras.Y recientemente sometió un proyecto que crea el Fiscal Nacional Anticorrupción, poniendo en un nuevo contexto las legislaciones que existen pero que, en la práctica, son ineficaces para luchar contra la corrupción a todos los niveles.Especialmente a nivel de Gobierno.Estas iniciativas tienden a modelar los perfiles de una sociedad que ya no aguanta más abatimiento de sus normas y de sus leyes. Esta sociedad necesita que el Senado y los senadores, como los diputados y su Cámara, actúen de la forma en que lo ha hecho el licenciado Pérez.No hay que ser vocinglero, echapleitos, bravucón ni nada por el estilo para imponer criterios o convencer a otros con sus ideas.El senador José Tomás Pérez, en solitario, con decencia y sin estridencia, ha cumplido una excelente labor. Eso mismo podemos decir, en justicia, de otros de sus colegas que, no importa la organización a la que pertenezcan, se esmeran en aprovechar su tiempo legislativo en asuntos importantes para la nación y para nuestro futuro.No solamente en “buscar lo suyo” o en promover bellaquerías y rebeliones insensatas, favorecidos por la inmunidad y, corrientemente, la impunidad que se generan con estas privilegiadas posiciones.

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