Una conspiracion contra el pais
A juzgar por las revelaciones que hizo el senador Tonty Rutinel, en el Senado se estaba incubando una verdadera conspiración contra la estabilidad del país, a través del rechazo de la ley para renegociar bonos soberanos por mil 100 millones de dólares.
La fuerza política que controla a la mayoría de los senadores renuentes a la aprobación bajó la línea de que la renegociación no se aprobara, para así malograr el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Y, a partir de ahí, esperar la caída de todas las piezas que forman parte del programa de estabilización económica y, por ende, aguardar que sobreviniera un malestar social que pusiera en aprietos al actual gobierno.
Según Rutinel, el promotor de la idea fue el ex presidente Hipólito Mejía, quien habría dado la orden a los senadores durante una reunión, y de acuerdo con su testimonio, la resistencia a la aprobación de los proyectos de renegociación estaba destinada a echar por el suelo el acuerdo con el FMI, con todas sus consecuencias.
Finalmente, se impuso la sensatez y los proyectos fueron aprobados y con ello se garantiza la viabilidad del acuerdo con el Fondo, una pesada e incómoda herencia que nos dejó el anterior gobierno, culpa de sus propias impericias en el manejo de la economía.
Lo que presenciamos, con el tira y jala de los bonos en el Senado, fue una ridícula comedia.
Porque, en verdad, los papeles estaban invertidos.
Los bonos que se pretenden renegociar tuvieron un uso no del todo claro para el país.
Hay fuertes sospechas de que no se invirtieron en los proyectos señalados por la ley.
Teóricamente, su renegociación implica un descargo de culpa a la anterior administración por las eventuales violaciones a la ley, y en lo adelante una carga pesada, de un compromiso tan cuestionado y hasta ahora tan poco útil y beneficioso, para este gobierno y para todos nosotros. No se entendía, entonces, el porqué de la resistencia.
Pero el senador Rutinel, que es un legislador franco, responsable y valiente, se ha ocupado de dar la respuesta: en verdad, lo que existía era una conspiración auténtica para derrumbar la plataforma en la que se sustentará la estabilidad macroeconómica, y sacar obviamente provechos políticos de la crisis.
Conllevaba, en el fondo, una alta dosis de chantaje.Y el propio legislador también lo dijo: el grupo opositor quería cambiar bonos por impunidad. Y casi lo logra... si es que acaso no lo ha logrado ya, y todavía quedamos muchos sin saberlo.
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