Sequía y calor: dos malas noticias
Y mientras evoluciona este fenómeno, que ha cambiado el perfil de la primavera, es indispensable que las Fuerzas Armadas presten su ayuda para reforzar la vigilancia en las zonas boscosas del país, manteniéndose alertas frente a cualquier amenaza de incendio
Teóricamente ha comenzado la primavera, pero ya las estaciones no nos llegan como antes. Esta vez, el país se asoma a un clima totalmente contrario al que tradicionalmente esperábamos para estas semanas.La Oficina Nacional de Meteorología predice que tendremos unos días muy calurosos y que se intensifica la sequía. Dos malas noticias.El país debe recibir estas noticias con la seriedad que amerita , para no desperdiciar el agua almacenada ni para propiciar eventos que desaten fuegos forestales, como el que devasta en estos momentos una zona de la cordillera Central y otra de Los Haitises.Estamos casi en las puertas de una emergencia ecológica por esta causa. Y debemos hacer conciencia de que todas estas novedades son el fruto de las imprevisibles transformaciones en el clima mundial. Una primavera clásica sería la que comenzó ayer, 21 de marzo, con el equinoccio de primavera y concluye el 21 de junio con el solsticio de verano. En tiempos normales, la naturaleza ofrecía un panorama caracterizado por el color verde, por la germinación de las semillas, los árboles, las flores. Había lluvia, humedad, sol y temperaturas templadas y, sobre todo, agradable viento. Los especialistas observan que desde hace algunos años, la primavera se presenta semanas antes de lo habitual y con una temperatura cálida, sin lluvias ni viento.Las causas de este cambio se relacionan con el efecto invernadero. El llamado Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) de la ONU ha dicho que estos cambios alteran fenómenos biológicos, ecológicos, agrícolas, socioeconómicos e incluso sanitarios.Las olas de calor, como las que ya comenzamos a sentir en el país, acarrean problemas en los cultivos, puesto que hacen madurar las cosechas antes de tiempo, paralizan el crecimiento de las plantas y disminuyen el rendimiento de los sembradíos. Estos cambios deben obligar a las autoridades a disponer de una extensa campaña de orientación en las escuelas, en los centros comunales de los campos y en los clubes de nuestras ciudades, para que vayamos adquiriendo conciencia de sus efectos.Y mientras evoluciona este fenómeno, que ha cambiado el perfil de la primavera, es indispensable que las Fuerzas Armadas presten su ayuda para reforzar la vigilancia en las zonas boscosas del país, manteniéndose alertas frente a cualquier amenaza de incendio.En tiempos como estos, cualquier fuego se propaga con rapidez en las montañas, y es penoso que después de haber invertido tanto tiempo y dinero, sudor y esfuerzos, para repoblar nuestras montañas, perdamos las riquezas de sus bosques en unos cuantos días.La ciudadanía tiene que asumir con la seriedad que lo amerita esta voz de alarma que ha dado Meteorología, y esmerarse en cuidar el ambiente y cuidar la vida misma, sin hacer desarreglos.
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