Promese, un cambio del cielo a la tierra
Promese es una institución a la que el Estado debe de ofrecerle el mayor apoyo y adjudicarle las necesarias categorías, a ver si las medicinas llegan ahora más baratas y con buena calidad a una población que las necesita, pero que no tiene dinero para adquirirlas ni para consumirlas en un largo y costoso tratamiento
Las medicinas han estado prácticamente inalcanzables para los pobres y para los de la clase media por sus elevados costos, lo que constituye una verdadera tragedia social y humana.Bajo el anterior gobierno, la crisis alcanzó sus mayores grados. Los hospitales y clínicas públicas, así como la red de farmacias populares, quedaron desabastecidos, y millares de pacientes pobres sufrieron las consecuencias.Los pacientes tenían que gastar sus escasos cheles comprando medicinas en farmacias privadas porque el Gobierno, que supo endeudarse en cantidades astronómicas de millones de dólares y pesos, dejó sin el servicio a los hospitales. Y hubo casos dramáticos de pacientes renales que murieron por falta de los insumos para dializarse.Esa realidad ha dado un cambio del cielo a la tierra en los últimos meses, porque el Promese, que es la agencia encargada de suplir el 40 por ciento de las medicinas que compran los hospitales, ha reorganizado sus mecanismos y ahora abastece en orden, sin mafias y sin basuras farmacéuticas, a esos centros de salud.Un ejemplo elocuente es que el Promese suple cada día 101 kits de insumos para diálisis a igual número de pacientes renales del hospital Padre Billini, a un costo cada kits de 1,900 pesos. Se trata de una obra de grandeza humana, de respeto a la dignidad y a la vida de hombres y mujeres que, además de su pobreza, no tienen recursos ni siquiera para mantenerse vivos con las diálisis.Promese puede hacer mucho más en la lucha contra la pobreza.El Gobierno debería elevar su categoría y ampliar el radio de acción de sus programas, concediéndoles el cien por ciento de las ventas de medicinas genéricas a los hospitales y clínicas públicas, para resolver las demandas de medicinas baratas y seguras.Pudiera el Promese convertirse en una especie de agencia que emita alertas al país sobre medicamentos vencidos o sacados del mercado, y pudiera ser, también, un eje importante en la verificación, examen y certificación de los medicamentos que llegan al país, una función que hasta ahora le corresponde a un departamento de la Secretaría de Salud Pública, ya que posee los sistemas apropiados para esos análisis.Promese dispone ahora de abundantes medicinas e insumos, ya no hay crisis de abastecimiento de éstos en los centros hospitalarios, y se están remodelando las farmacias populares que, en número mayor de los 400, posee en todo el país.Ahora hay más control para evitar que se adquieran, con suplidores tramposos y ambiciosos, medicinas vencidas o medicinas sin los adecuados componentes, o para que se ordenaran compras de productos que, a la postre, tenían que ser incinerados porque eran una verdadera porquería.Promese es una institución a la que el Estado debe de ofrecerle el mayor apoyo y adjudicarle las necesarias categorías, a ver si las medicinas llegan ahora más baratas y con buena calidad a una población que las necesita, pero que no tiene dinero para adquirirlas ni para consumirlas en un largo y costoso tratamiento.
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