Alzas, apagones, desempleo y poco circulante
No nos llamemos a engaños ni pretendamos tapar con una confusa retórica el pesado impacto de ese acuerdo, que ciertamente disciplina la economía, pero que también trae más miseria y más desempleo, menos circulante y más apreturas para todos los dominicanos.
A muchos resulta injustificable que los precios de una gran variedad de productos de consumo diario sigan elevados.Han vuelto las quejas de los consumidores porque no encuentran relación entre la baja de la prima del dólar--desde hace tiempo estabilizada entre 28 y 30 por uno---y los estáticos precios de productos importados o muy impactados por insumos extranjeros.
A esto se suma un alto contraste entre los precios de un mismo artículo en diferentes supermercados, tanto en productos manufacturados como naturales, lo que indica que estamos bajo el imperio de un desorden en esta materia.
Por otro lado, hay factores como la sequía o los daños causados por fenómenos naturales a los sembradíos agrícolas que han provocado escasez, baja oferta, y por ende han subido los precios.Otro factor es que el gasoil ha estado subiendo en las últimas semanas.
Y que los fletes marítimos de insumos o productos terminados también persisten elevados, lo que necesariamente se refleja en el costo final.A la baja y estabilizada tasa de cambio del dólar se le culpa ahora de todas nuestras dificultades presentes.
No solo es la culpable, según se dice, del descalabro del sector de zonas francas, que ha tenido que despedir a millares de trabajadores, sino de una pérdida gradual de la rentabilidad del negocio hotelero turístico.
Tanto ha sido su efecto en las “remesas” que ahora se está poniendo de moda, entre dominicanos residentes en el exterior, cambiar la naturaleza de sus envíos.Ahoran llegan cajas con alimentos enlatados o envasados, con ropas, medicinas y otros artículos útiles, como una forma de compensar la baja en los ingresos que antes recibían sus familiares cuando el dólar estaba al 50 ó más por uno.
Estas “nuevas remesas” pueden ser alternativas satisfactorias, pero reducen el ingreso de divisas al país.Otra razón poderosa que tienen los residentes en el exterior para cambiar los contenidos de sus despachos, es que las casas remesadoras les aplican una tasa dos dólares menor a la tasa vigente en Dominicana, mientras que las cajas con alimentos, ropas, medicinas o utensilios, tienen una tarifa invariable, según peso y tamaño.
Lo cierto es que, con la agudización de los apagones y con los efectos reales que ha tenido sobre el circulante el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, los dominicanos se las están viendo negras para desenvolverse con sus necesidades cotidianas.
No nos llamemos a engaños ni pretendamos tapar con una confusa retórica el pesado impacto de ese acuerdo, que ciertamente disciplina la economía, pero que también trae más miseria y más desempleo, menos circulante y más apreturas para todos los dominicanos.
Por eso es que muchos han pegado el grito al cielo con los precios que no bajan, con los combustibles que suben y con los apagones que no cesan.
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