Wednesday, March 30, 2005

Quédese con nosotros y agarre al toro por los cuernos

Los viajes del Presidente de la República al extranjero despiertan siempre muchas expectativas. Y también críticas. Algunos de ellos obedecen a obligaciones ineludibles que han contraído, de manera concertada, varios gobernantes, como es el caso de las cumbres presidenciales.
Otros responden a gestos de reciprocidad, devolviendo la atención de alguna visita oficial de un presidente a nuestro país.
Por decisión propia, un Presidente puede elegir una misión, corta o larga, de uno o más países con los cuales desea incrementar las relaciones bilaterales, ya sea en el orden económico o en el cultural.
Siempre se esperan frutos de esas visitas y de esas misiones. Y, de hecho, se han conseguido muchos. En otros casos, las expectativas se diluyeron, sencillamente.
Al Presidente Fernández se le tiene como el gobernante dominicano que más ha viajado al extranjero en misión oficial, y no hay dudas de que en el orden personal, de su imagen, ha logrado posicionarse como un mandatario de gran estatura moral e intelectual, como un gobernante moderno.
Muy distinto de su sucesor, que aprovechó los viajes para francas cuchipandas presidenciales, a menudo incurriendo en payasadas ante sus anfitriones.
Ahora se anuncia que el Presidente planea salir de nuevo al extranjero, a dos lugares a los cuales ha ido en varias ocasiones, Taiwán y Japón, en un momento de inestabilidad, ya que aparentemente se suspendió una visita a Singapur, donde también ha ido varias veces.
Si en el Sudeste asiático las tensiones están a la orden del día, aquí las cosas, en nuestro país, no distan de ser graves.
La economía está frenada y cuasi paralizada. Los ciudadanos y los comerciantes sienten que sus presupuestos y sus negocios se deterioran por la falta de dinero en la calle. Los bancos no han podido prestar como antes –se dice que en sólo un año han dejado de prestar 30 mil millones de pesos– y para desconsuelo de depositantes, se reducen drásticamente las tasas que se les pagan a sus depósitos, porque no es negocio contar con una masa inmóvil de dinero sin ganar intereses.
La sequía que afecta al país se manifiesta en crisis agudas en el suministro de agua.Esta falta, unida a prolongados apagones, tiene al pueblo irritado.Y ya se anuncian más huelgas y paros.
Además,en el ambiente repercuten los despidos masivos en empresas, los precios altos de muchos productos de primera necesidad y de las medicinas. Estos son los asuntos que nos afectan y que interpelan al Presidente y a su Gobierno.
No creemos entonces que, frente a este cuadro de miserias y de minas sin estallar, sea prudente realizar ahora ese periplo presidencial. Nos gustaría más tener aquí al Presidente agarrando al toro por los cuernos, y no tan lejos ni tan ausente ni mucho menos divorciado de estas realidades, difíciles y quemantes, que jamás se subsanarían con una visita a Taiwán o Japón, por buena que sea en sus intenciones y en sus resultados concretos.

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