Manipulando la historia en medio de la crisis
A decir verdad, si fuese por virtudes y deberes de quienes han ejercido el solio presidencial, la galería palaciega deberían declararla desierta. Porque, unos más, otros menos, todos han cometido sus pecados sociales frente al pueblo
A este gobierno se le ha metido ahora un capricho al que no le vemos ni pie ni cabeza: crear una nueva galería de presidentes en el Palacio Nacional, excluyendo a los que, de acuerdo con el criterio de un historiador, irrespetaron las libertades públicas .No importa si se trata de presidentes electos constitucionalmente o no. Trátase, por lo visto, de una categoría especial que entra ahora bajo el juicio exhaustivo de este nuevo tribunal de la historia, asentado en el propio Palacio.Los presidentes que, según el veredicto de la Secretaría Administrativa, no respetaron las libertades públicas, no figurarán en la galería. Porque ésta, por lo que se pretende, es para los inmaculados.Pero ya le sale el tufillo del maniqueísmo histórico, pues a Balaguer se le dejará con su foto, aunque consignando su ejercicio del 86 al 96, pero no el de los 12 años. No entendemos el retruécano. Y cabe preguntarse, para su caso y para el de los demás, ¿qué es más pecaminoso, inaceptable o bochornoso en un Presidente: el haber cometido actos de corrupción y otras perversidades, o violar las libertades públicas? Ambas son reprochables.Bajo los criterios con que se montará la nueva galería, es evidente que en ella podrán figurar presidentes que, habiendo sido corruptos, no violaron las libertades públicas. Aún así, cabe también preguntarse ¿qué pueder ser más perjudicial a un pueblo en un determinado momento o coyuntura histórica: que le roben a mansalva los dineros del erario, o que le den unos cuantos porrazos a los opositores?Además, este criterio sobre las libertades públicas es muy endeble para darle categoría histórica a un hombre,un estadista o un líder de ocasión, o para irradiarlo de una galería de presidentes o de una supuesta y fabricada élite de presidentes buenos.La historia no puede someterse a esta manipulación.Y no estamos para ociosidades de este tipo, cuando el país tiene encima demasiados problemas que ameritan la atención del Presidente y sus ministros.Introducir este elemento, juntando fotos de mansos y cimarrones en una galería palaciega, es inoportuno. Y, por demás, peligroso como un boomerang.A los presidentes se les debe juzgar por un conjunto de acciones, no por una u otra cualidad o deber. Este juego con la historia pierde sentido cuando a Balaguer se le reconoce un período y no otro. A decir verdad, si fuese por virtudes y deberes de quienes han ejercido el solio presidencial, la galería palaciega deberían declararla desierta. Porque, unos más, otros menos, todos han cometido sus pecados sociales frente al pueblo. Unos, falsos moralistas, resultaron ser tremendos alacranes. Otros, falsos civilistas, totalmente lo contrario. El que esté libre de esos pecados, que tire la primera piedra.
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