Tuesday, March 13, 2007

Por qué esto tiene que cambiar

SANTO DOMINGO, RD.- Los empresarios nuestros han sido muy insensibles a las necesidades de la masa que trabaja a su favor. No sólo le han regateado las contribuciones necesarias a la seguridad social, sino que ahora se resisten a ser un poco generosos en el aumento de los salarios hasta 30 mil pesos en sus empresas.

Ha vivido, la mayoría, de las grandes oportunidades que le ofrece el Estado o el clientelismo político, llámese esto, del rentismo; en algunos casos han sido evasores de impuestos, gente poco dada a arriesgar capitales en innovaciones y nuevos productos, y a apoyarse en la excesiva protección que el actual modelo económico les facilita.

Pero a la hora de soltar, de dar un poco más de sus beneficios a la clase trabajadora, esa misma clase que sufre la inflación continua y el deterioro de los servicios y de sus condiciones de vida, trancan el juego o se tornan más tacaños de la cuenta para no complacer, siquiera, un nivel de aumento que se considere digno y apropiado en las presentes circunstancias.

Por esa razón, miles de dominicanos viven desesperados, con los bolsillos achicados, con un magro poder adquisitivo que no les da para nada, viven endeudados, frustrados y hartos de esta situación que no podemos ocultar.

Muchas cosas andan mal en este país, comenzando por la falta de autoridad, que no se ejerce como debe ejercerse, cuando cualquer medalaganario pretende paralizar la nación, ignorar a las autoridades y a las leyes, o cuando cualquier sector sólo quiere halar para su lado y se muestra reluctante a toda acción de beneficio social, esperando que sea el Gobierno el que asuma todas y cada una de esas responsabilidades.

Por eso es que en América Latina emergen ahora gobiernos que se sintonizan, o pretenden sintonizarse con las demandas insatisfechas de tantas masas empobrecidas y explotadas por el actual modelo de economía que sólo privilegia a las élites o las castas más afortunadas de una nación.

Ese modelo, la única alternativa que deja a algunos sectores es la ilegalidad, la arbitrariedad y hasta la violencia sin sentido.

Y esas señales ya están presentes en nuestra sociedad.

De aquí que sea preciso que abramos bien los ojos, para estimular un cambio que resulte menos traumático que un tsunami asiático o una poblada abrileña al estilo dominicano.


** Artículos de Miguel Franjul

0 Comments:

Post a Comment

<< Home