Friday, February 18, 2005

La Academia, la prensa y la verdad histórica

Listín Diario continuará ofreciendo sus páginas a todos los ciudadanos que a juicio de su dirección tengan algo que decir para contribuir a esclarecer los temas más importantes de la vida nacional.

Cinco prestantes miembros de la Academia Dominicana de la Historia han suscrito una carta al director de este periódico sugiriendo que “cuando cualquier periodista desee difundir asuntos controversiales sobre los pro-hombres de nuestro pretérito, se ponga en contacto con esta institución, a fin de asesorarlo, edificarlo y evitar opiniones desagradables”.

Comprendemos su preocupación, pero nos parece una pretensión con poco asidero, fuera de lugar, impráctica y en alguna medida coercitiva.

Ningún periódico necesita permiso ni autorización previa de la Academia de la Historia para publicar cuestiones históricas, ni tampoco de los académicos de la lengua, la ciencia, las bellas artes, o cualquier otra materia, para reseñar los asuntos que conciernen a sus especialidades.

Los límites de la prensa son los que imponen la ley, el respeto y la decencia. Las opiniones de expertos merecen respeto, claro está, pero no a expensas de alguna pretendida exclusividad de la verdad, cuando en la vida , como dice el refrán, todo es según el color del cristal con que se mire.

Si los ilustres académicos, preocupados por eventuales “opiniones desagradables”, creen que desde este periódico, o cualquier otro, se ha denostado a algún personaje de nuestra historia, pues aquí tienen las puertas abiertas para poner los hechos en contexto.

Para decirlo con la misma llaneza de su carta, del choque de ideas y del debate respetuoso ha de salir la luz, para iluminar las verdades. No olvidemos que los académicos dominicanos, por pertenecer a una corporación iberoamericana reconocida, son correspondientes de la Real Academia de la Historia, que comenzó como una reunión literaria de amigos, en el año 1735, y fue constituida por Felipe V mediante Real Cédula en 1738. Esta institución tiene por objetivo aclarar “la importante verdad de los sucesos, desterrando las fábulas introducidas por la ignorancia o por la malicia, conduciendo al conocimiento de muchas cosas que oscureció la antigüedad o tiene sepultado el descuido”.

Sus estatutos insisten en la finalidad esencial del cultivo de la Historia, para “purificar y limpiar la de España de las fábulas que la deslucen e ilustrarla de las noticias que parezcan más provechosas”.

La prensa, por sus características, constituye un foro indicado para el debate y la puesta en discusión de nuevas informaciones, interpretaciones o análisis de la historia dominicana. Listín Diario continuará ofreciendo sus páginas a todos los ciudadanos que a juicio de su dirección tengan algo que decir para contribuir a esclarecer los temas más importantes de la vida nacional.

Aún con nuestra inmensa ignorancia, como diría el siempre bien recordado don Rafael Herrera, preferimos equivocarnos de buena fe, y que nos enmienden la plana, antes que someternos a cualquier censura previa de ningún tipo, ni siquiera la que quizás con igual buena fe nos ofrece la Academia Dominicana de la Historia. sabiduría inmensa de los cinco académicos dominicanos de la historia firmantes de la infortunada carta que motiva este editorial.

Antes que pretender acallar o condicionar voces valiosas, que bajen al ruedo los académicos y contribuyan con sus verdades a enriquecer el debate.

Al final, será el público, que de bobo no tiene un pelo, quien sabrá discernir a quién creerle.

http://www.diarioadiario.com.do

-

0 Comments:

Post a Comment

<< Home