Tuesday, May 24, 2005

Que al estadio se le declare Juan Marichal

¿Quién ha sido la mayor gloria del béisbol dominicano en toda la historia? Sin ninguna duda, Juan Marichal, el astro de los lanzadores de los Gigantes de San Francisco.
Es el único dominicano que pertenece al Salón de la Fama de Cooperstown, donde se enaltece a las principales figuras del béisbol de las grandes ligas de Estados Unidos.
Es como el templo de los grandes en ese deporte.
En 16 años de vida deportiva activa en las grandes ligas, Marichal lanzó 244 juegos completos y ganó 243, lo que nos da una idea de su extraordinaria carrera.
Por esos méritos, el equipo de los Gigantes de San Francisco le rindió un histórico homenaje, develizando una estatua en la entrada de su parque y colocando la bandera dominicana en el asta del play, siendo la única vez que la enseña tricolor nuestra ondea en un estadio norteamericano de la gran carpa.
Jugadores latinoamericanos de la talla de Juan Marichal han recibido reconocimientos en sus países, tanto en estadios como coliseos, calles y hasta ciudades que llevan sus nombres.
Aquí, sin embargo, le estamos escamoteando a Juan Marichal el merecidísimo honor de darle al Estadio Quisqueya, el principal del país, su nombre.
¿Qué tanto esperamos para hacerlo?
No sólo honramos a Marichal, sino que nos honramos como país, al dedicarle este significativo homenaje en vida.
Como nadie es profeta en su tierra, han sido los propios norteamericanos, los del glorioso equipo de los Gigantes, los que han tomado la feliz y justa iniciativa de erigirle una estatua como muy pocos beisbolistas, norteamericanos o no, cuentan en los Estados Unidos.
Si aquí hemos homenajeado a Félix Sánchez, el excelente corredor de carreras, bautizando con su nombre el Estadio Olímpico y lo mismo hemos hecho con otras luminarias del béisbol, como son los casos de Tetelo Vargas y Julián Javier, para los estadios de San Pedro de Macorís y San Francisco de Macorís, ¿qué impide que el nombre de Juan Marichal le sea dado al Estadio Quisqueya?
El Congreso tiene la palabra.
Y no hay razones para demorar este reconocimiento a una persona que le dio brillo a su país cuando no eran tantas, como ahora, las figuras deportivas dominicanas que descollaban en el mundo en cualquier disciplina deportiva. Esta es la hora de la decisión.El Quisqueya debe llamarse estadio Juan Marichal.

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