¡Esa aberración no puede pasar!
SANTO DOMINGO, R.D.- Permitir la legalización del aborto equivaldría a fomentar el derrumbe de la primacía que tiene la vida sobre los demás bienes jurídicos y derechos del hombre, y a abrir las compuertas a un modelo de sociedad despreciativa de los demás valores humanos.
Desde 1999 hay un andamiaje montado para lograr que el Congreso, olvidándose del sentido absoluto que la Constitución les brinda al derecho a la vida y a la integridad física, legalice el aborto.
El proceso comenzó con una reducción de las penas, y ahora hay un grupo de legisladores pretendiendo crear las condiciones para despenalizarlo casi en sentido general, eliminándole su tipificación y calificación criminal.
Permitir esto equivaldría a fomentar el derrumbe de la primacía que tiene la vida sobre los demás bienes jurídicos y derechos del hombre, y a abrir las compuertas a un modelo de sociedad despreciativa de los demás valores humanos.
El plan de los congresistas es introducir, en los artículos 225, 226, 227 y 228 del proyecto de código, consideraciones que le quiten al aborto su categoría de crimen para denominarlo “interrupción del embarazo”.
No se incluye al aborto entre los atentados contra la persona humana, sino entre las infracciones aplicables a los casos en que se “coloca en peligro” la vida humana.
Pero resulta que el aborto significa la supresión de la vida en su etapa inicial, no es una simple “interrupción”, porque no se trata de un aparato eléctrico que pueda ser apagado y encendido cuantas veces quiera un usuario y conserva su funcionalidad.
Además, a la hora en que se despenalice el aborto, habría que despenalizar los demás crímenes, porque no hay diferencias entre ningún acto que conduce a la supresión de la vida humana, en cualesquiera de sus etapas, sino en las formas de hacerlo.
La sociedad dominicana, que ya ha sufrido bastante con una violencia entronizada, no puede permitir que el escaso valor que muchos le dan a la vida, a la integridad física de los ciudadanos, se agote por completo con una legislación ultrabenigna contra el crimen de matar una criatura en el vientre, indefensa e inocente, lo cual es todavía más grave.
Si Dios, el creador de la vida, es uno de los fundamentos de nuestra patria, visible en nuestros principales símbolos, no podemos ser tan hipócritas ni tan inconsecuentes con las esencias de nuestra nacionalidad, permitiendo que se apruebe un código que, en esta materia, es deshumanizante y absurdo.
¡Esa aberración no puede pasar!
1 Comments:
Entonces hay que proceder a meter a mitad de las mujeres dominicanas presas( comenzando con la clase oligarquica); y me imagino que usted esta totalmente dispuesto a mantener a todas las mujeres de bajos recursos que no saben ni quien es el marido, o mejor, saben quien es probablemente un senador, gran empresario o playboy que no pasa manutencion economica. :)
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