El HR4437, veneno de los inmigrantes
SANTO DOMINGO.-Bajo este código, HR4437, ha sido bautizado el controversial proyecto de ley del senador norteamericano F. James Sensenbrenner, que pretende criminalizar a los inmigrantes ilegales que trabajan en los Estados Unidos y que ha dado lugar a marchas multitudinarias de protesta en esa nación.
Esta ley convierte en un delito mayor (o felonía) la permanencia en ese país de cualquier extranjero sin documentos, castiga con penas de cárcel a empleadores o personas que ayuden a esos ilegales o que les permitan congregarse (lo que afectaría, inclusive, a las iglesias, sinagogas y mezquitas), propone la construcción de un muro de 1,200 kilómetros en la frontera méxico-estadounidense, y otras penalidades.
Este lunes, el Comité de Justicia del Senado se abocará a conocer algunas enmiendas al proyecto de Sensenbrenner, republicano conservador por Winsconsin, formuladas por otros senadores con la finalidad de aminorar las gravosas cargas que se prevén podrían afectar a 14 millones de trabajadores indocumentados que residen y trabajan ilegalmente en Estados Unidos.
Se barajan fórmulas para asegurar la permanencia temporal de estos trabajadores, bajo un mecanismo regulatorio que les daría oportunidad de regularizar su estatus. En esas fórmulas se han depositado las esperanzas de que la ley Sensenbrenner sufra un cambio drástico y que la población inmigrante no se vea expuesta a las peores consecuencias de dicha ley.
El presidente Bush ha salido a defender los alcances de esta ley, argumentando que si bien Estados Unidos es un país de inmigrantes, también lo es de leyes que se respetan.
Es un dilema profundo, pero entendemos que la realidad y el peso humano de la contribución de los indocumentados al desarrollo de la sociedad norteamericana no admite un tratamiento tan ortodoxo ni simplista. Respetamos el principio de hacer cumplir la ley, pero es obvio que esto no puede hacerse a rajatablas en ningún lugar del mundo.
Estados Unidos no soportaría una cacería de esta magnitud en un momento en que la población hispana, sobre todo, que es la que mayor volumen de inmigrantes ilegales tiene, va alcanzando un peso decisivo en ese país. Imaginémonos qué ocurriría en los países latinoamericanos si de repente les llega un aluvión de deportados por culpa de esta ley.
De aprobarse la ley Sensenbrenner, se aumentaría el desempleo, se agudizaría el fenómeno de la desintegración de familias y aminoraría el extraordinario flujo de remesas que esa masa dirige a sus países, de las cuales dependen muchas economías latinoamericanas, incluyendo la nuestra.
México ha hecho sentir su voz de inconformidad y nos parece que la República Dominicana,
considerando los terribles alcances de esta ley, que podría afectar a millares de dominicanos, documentados o no en los Estados Unidos, por igual debe hacer sentir su opinión en favor de una reconsideración de la HR4437 o ley Sensenbrenner, un puro veneno para aniquilar a millones de trabajadores que luchan por sobrevivir y vivir dignamente en los Estados Unidos.
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