La Zona “roja” Colonial

SANTO DOMINGO.-Con notable frecuencia se escuchan las quejas de que la Zona Colonial se ha convertido, de noche, en un prostíbulo abierto.

Las denuncias se enfocan, fundamentalmente, a las aberraciones morales que protagonizan “gays” y drogadictos en sus calles y discotecas.Una junta de vecinos ha estado denunciando estas anomalías y, en venganza, varios desconocidos tirotearon este fin de semana la residencia de uno de sus miembros.

Y no conformes con esta agresión artera, han apelado a las amenazas anónimas contra la familia, tratando de intimidarla.

Las cosas van tomando un cariz muy serio y preocupante.

Las autoridades no pueden pasar por alto estos hechos. Ni postergar más una acción eficaz para impedir que ese sector de la ciudad se convierta en una zona rosa como la de Amsterdam.

La Zona Colonial tiene un esplendor propio y amerita que se proteja el desarrollo de sus negocios y de sus atracciones.

No que se transforme en un centro de orgías ni de libre consumo de drogas o de escándalos que alteran la tranquilidad a la que tienen derecho sus residentes.

Voluntarios de la Defensa Civil


Los voluntarios y rescatistas de la Defensa Civil han realizado un admirable trabajo en la localización de la avioneta que se accidentó en las montañas de San Cristobal, y en la recuperación de los cadáveres de sus cuatro ocupantes.

Fue una ingente tarea humana en la cual los voluntarios tuvieron que realizar difíciles caminatas en zonas escabrosas, exponiéndose a toda suerte de peligros para poder cumplir su misión.

En el pasado han desarrollado iguales destrezas, cuando se trata de localizar gentes o cadáveres en las montañas del país.A las unidades de la Fuerza Aérea Dominicana y la de las tropas de Estados Unidos que se ejercitan en el país les costó también mucho trabajo maniobrar con sus aparatos en la zona del accidente, muy caracterizada por densas y constantes neblinas.

Lamentamos que, al culminar las tareas de rescate, se produjese un feo incidente que pudo poner en riesgo la vida de los rescatistas y de los propios militares ñdominicanos y norteamericanosñ que con gran entrega y sacrificio realizaron esta extraordinaria tarea.