Las pruebas "anti-doping"
SANTO DOMINGO.-Que los partidos sometan a sus candidatos a pruebas “anti-doping” ha sido una apropiada iniciativa que debería institucionalizarse.
La finalidad primordial de una prueba de esta categoría es establecer si la persona consume drogas narcóticas, sustancias cuya comercialización está fuertemente penalizada.
Pero aparte de esta prueba, los partidos deberían esforzarse en crear otros procedimientos que permitan una mejor depuración de las figuras que ofrecen al electorado como las más aptas para ocupar posiciones en el Congreso o en los ayuntamientos.
Hasta ahora ese rigor no existe dentro de las organizaciones políticas. A lo sumo, algunos partidos han elaborado requisitos o perfiles de sus candidatos, pero no se aplican estatutaria u obligatoriamente las normas que sirvan al propósito de la depuración.
Esto da lugar a que individuos descalificados o con asuntos pendientes con la justicia puedan aparecer como candidatos “más votados” en sus jurisdicciones, sin que importen las flaquezas o las aberraciones disimuladas que aquellos tengan.
Las pruebas “anti-doping” ayudan a identificar una de esas flaquezas, pero no otras que puedan invalidar francamente a un aspirante. Tal vez faltarían pruebas psicológicas, muy apropiadas para percibir los elementales rasgos conductuales de esas personas o detectar posibles comportamientos anormales.
De esa manera, si hay señales de desequilibrios o de traumas profundos que puedan aflorar en la vida de esos personajes, una vez han sido electos y ocupan posiciones de importancia en los poderes públicos, la prueba sería la señal de alarma para avisarle a los partidos que tengan cuidado con esa selección.
Fuera de estos procedimientos, no sobraría exigir a los candidatos documentos expedidos por el ministerio público o por la Policía y la Dirección de Control de Drogas o por las entidades que vigilan el crédito bancario, atestiguando que no tienen cuentas pendientes por asuntos fuera de la ley.
No estamos todavía en condiciones de hacer las mejores cosechas de candidatos, pero estos requerimientos pueden constituir un paso hacia el necesario proceso de depuración de aquellos que, en el futuro, pueden ser los artífices o rectores de nuestros destinos.
Los partidos se enaltecen eligiendo lo mejor.Y la sociedad sería la gran beneficiada.
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