Un mundo de reporteros

SANTO DOMINGO.-Al ritmo que avanzan las tecnologías aplicadas a la comunicación de masas, el periodismo ha ido cambiando su perfil y ahora, más que noticias, las audiencias demandan más información sobre todo lo que afecta sus vidas y sus intereses particulares.

La misma frecuencia o periodicidad del periodismo clásico ha cambiado. Ya la información es instantánea y globalizada. Y estos cambios obligan necesariamente a muchas redefiniciones del papel del periodista y de los medios de comunicación.

Ahora se habla de audiencias, un concepto que engloba al mismo tiempo al lector, al oyente, al televidente o al internauta, y esa nueva categoría exige y traza pautas a los medios acerca de lo que quiere leer, ver o escuchar, sin reparar mucho en la calidad, la autenticidad de la fuente o los principios éticos que todavía constituyen paradigmas en el ejercicio periodístico.

La oferta de medios ha crecido y ahora el teléfono celular se convierte en un instrumento formidable. En países de alto número de usuarios de teléfonos multimedios, los reporteros se cuentan por millones.

Cualquier usuario es capaz de transmitir fotos, videos y textos a las redacciones de periódicos electrónicos o impresos, constituyendo una fuente de noticias que marcha a velocidad invencible y que hace cambiar los patrones de búsqueda y transmisión de los medios tradicionales.

Estas innovaciones demuestran que el periodismo, en estos tiempos, ha sido bastante influenciado por la vertiginosa revolución de las tecnologías digitales al calor de las cuales surgen lenguajes visuales y modelos de comunicación instantánea, nunca antes practicados, que nos obligan a ver al mundo de otra manera y bajo otro prisma.

Frente a estas nuevas tendencias, el periodismo afronta el reto de preservar la “legitimidad” y la credibilidad de la información y la de enfatizar en la preparación profesional del periodista para responder a las nuevas necesidades, no sólo de sus medios, sino de una sociedad cambiante que ya dejó de ser una receptora pasiva para convertirse en un ente activo y participativo de la comunicación.

Como hoy es el Día del Periodista en nuestro país, estas reflexiones deberían mover a todos los profesionales de la comunicación a un ejercicio autocrítico que permita crear las bases para relacionarnos con este proceso de “mundialización” de la información, que exige nuevos géneros, nuevos estilos y una suprema habilidad para conciliar las realidades del mundo virtual con el real.

Como proclamara el finado pensador, de origen alemán, Norbert Lechner, el mundo que nos era familiar se ha venido abajo “ y nos encontramos sin instrumentos para orientarnos en el nuevo paisaje. Las cosas han cambiado de lugar, las escalas son otras, los límites se desplazan y, para colmo, los tiempos ya no son los de la hora marcada”.