La sociedad encancerada (1)
SANTO DOMINGO.-Adolorida por varios tumores que uno no sabe cuándo van a reventar, la sociedad dominicana luce encancerada.
La imagen pudiera parecer hiperbólica, pero le cuadra, sin dudas, a la realidad que vivimos (¿ o sufrimos?) cada día.
Una sociedad enferma es aquella cuyos órganos vitales están disfuncionales: sus leyes, sus autoridades, sus valores morales, sus instituciones.
Si la comparáramos con un cuerpo humano y le pusiéramos equivalentes a la cabeza, el tronco y las extremidades con cada uno de los elementos más afines, tendríamos de inmediato una radiografía perfecta de ella.
Sus tumores son relevantes: cualquiera desafía la ley porque sabe que la autoridad o la justicia flaquean en algún tramo del acto de penalizar, o porque percibe que la ley pueden violarla hasta los mismos que están llamados a custodiarla y hacerla respetar.
Si hay una delincuencia generalizada, que no respeta límites, es consecuencia de ese tumor. Y delinquir no es únicamente perpetrar actos criminales o abominables, sino violar elementales reglas que toda sociedad se impone para asegurar una coexistencia ordenada entre sus miembros.
Una sociedad encancerada es aquella en que la mayoría de su población, como ocurre en el caso nuestro, agoniza en la pobreza, atrapada en una maraña de limitaciones y escaseces, llena de enfermos y hambrientos, sin esperanzas de que el cuadro pueda cambiar radicalmente en los años venideros.
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