Hay que reducir los impuestos a los pasajes aéreos

Es una lógica sencilla, nada complicada ni perjudicial. En la medida en que abaratamos los pasajes aéreos y se alivian ciertas cargas vigentes para los pasajeros, tanto del exterior como los nativos, impulsamos el negocio de la actividad comercial aérea y estimulamos por ese canal otros ingresos al Estado

Los pasajes aéreos que se compran en el país son, por lo visto, los más caros del mundo, y esto lo dicen las propias aerolíneas y los especialistas en los asuntos de la aviación comercial.Se calcula que , por encima de su valor de mercado, los pasajes aéreos son 112 dólares más caros, y todo porque hay una serie de impuestos que, en la coyuntura actual del turismo, resultan más que gravosos.Tanto para los extranjeros como para los dominicanos.El secretario de Turismo, Felucho Jiménez, ha planteado en estos días la necesidad de que se revisen esos impuestos, porque los considera trabas vigentes que impiden un mayor flujo de viajeros, entrando o saliendo.Nosotros también creemos que esta revisión debe darse.Y, más que nada, que hay impuestos que deben y pueden ser eliminados, a fin de aliviar la carga de los que adquieren pasajes y para mejorar nuestra competitividad en materia de aviación comercial.Mientras menos impuestos,más baratos salen los pasajes y esto puede incentivar los viajes de turismo de los dominicanos y la llegada de visitantes extranjeros.Para éstos últimos hay que considerar los niveles vigentes de impuestos de entrada y de salida y los de las tarjetas de turismo.Si es el propio secretario de Turismo quien admite el efecto indeseado de estos impuestos, debemos suponer que su idea es en gran medida un reflejo de lo que piensa su gobierno sobre el particular.Si existe esa sintonía, pues es de desearse y de esperarse que el Presidente Leonel Fernández se aboque a una reforma de este menú impositivo, tan desmesurado, y logre que estos recargos sean eliminados.Esto no quiere decir que con ello se resuelven los problemas que el secretario de Turismo ha señalado, pero no tenemos dudas de que la finalidad para la cual se recaudan puede ser alcanzada por otros medios.De esos 112 dólares de impuestos, más de la mitad pueden ser revisados, eliminados o reducidos.El Gobierno debería dar este paso, en la seguridad de que puede recuperar, por otras vías, lo que debería de percibir al quitar esos gravámenes.Es una lógica sencilla, nada complicada ni perjudicial. En la medida en que abaratamos los pasajes aéreos y se alivian ciertas cargas vigentes para los pasajeros, tanto del exterior como los nativos, impulsamos el negocio de la actividad comercial aérea y estimulamos por ese canal otros ingresos al Estado.