Friday, July 29, 2005

Una emboscada alevosa y cruel

SANTO DOMINGO, R.D.- Nunca nos han asustado las bravuconadas, las amenazas ni las acciones criminales directas que se han ejercido a lo largo de 116 años de historia de LISTÍN contra la empresa o contra sus ejecutivos y periodistas.



El asesinato, anteanoche, de Ángel Bello Pérez, asistente del señor Ramón Báez Figueroa, en una emboscada audaz, alevosa y cruel, nos conturba profundamente.

Las primeras informaciones indican que un grupo de hombres armados, perfectamente sincronizados en su plan de ataque, bloquearon su camioneta en pleno elevado de la avenida 27 de Febrero, en el centro de la ciudad, la perforaron con decenas de disparos y mataron al señor Bello Pérez, dejando su cadáver con el signo distintivo de estos grupos: el tiro de gracia.

Por ser, en esos momentos, el asistente del ex presidente de la Editora Listín Diario, sentimos de cerca el impacto de su cobarde asesinato y, sacando fuerzas en medio de la indignación que nos causa, exigimos al Gobierno el inmediato esclarecimiento de este caso.

Estamos conscientes de que el país está arropado por una grave ola de delincuencia, caracterizada por la actuación sin trabas de asesinos y rateros que desafían a una autoridad paralizada por la indecisión o por un precario ejercicio de sus atribuciones, y que bajo tal estado de inseguridad sólo podemos dar gracias a Dios por cada día que sobrevivimos a esta orgía de sangre y de irrespetos.

Pero también estamos conscientes de que, con o sin autoridad responsable, hay grupos que operan al dictado de órdenes y mandatos con los códigos inconfundibles de la mafia, para enviar sus señales de advertencia a los futuros objetivos de sus retaliaciones y venganzas.

Este diario y la familia propietaria, Báez Romano, a la cual el señor Ángel Bello Pérez servía con honradez, con lealtad, con fino caracter de hombre cristiano y pacífico que a nadie ofendía ni provocaba, está consciente, por igual, de todos los riesgos que entraña el ejercicio de un periodismo independiente y, sobre todo, denunciador de los nexos entre capos de la droga y delincuentes de toda laya con el pasado régimen.

Nunca nos han asustado las bravuconadas, las amenazas ni las acciones criminales directas que se han ejercido a lo largo de 116 años de historia de LISTÍN contra la empresa o contra sus ejecutivos y periodistas. No dejamos de reconocer que, en el fondo, hay algunos que quisieran vernos desaparecer, o confinados a un ejercicio mediatizado, complaciente y parcial con sus intereses.

Son los intolerantes de siempre; los que se sienten desnudos en sus falsas poses públicas o descubiertos en sus más insanas, burdas y corruptas acciones, o los que son capaces de recurrir a las mentiras, al abuso del poder y a las trampas jurídicas, para apoderarse de esta empresa o para controlarla desde fuera.

De ese tenebroso universo humano salen gentes que son capaces, por paga, de matar inocentes, de llevar a cabo ajustes de cuenta, de cometer acciones osadas para intimidar a quienes adversan o de prestarse a todas las bajezas posibles.

A esos, y a sus patrocinadores, les dejamos este mensaje claro: no nos chantajearán, no nos amedrentarán, no nos silenciarán ni nos harán recapitular en la sagrada misión que hemos asumido a lo largo de más de un siglo de existencia.

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