Un aniversario en libertad
SANTO DOMINGO, R.D.- En este día reafirmamos el apego a las líneas trazadas por nuestros fundadores y la resuelta disposición de respetarlas y defenderlas, enfrentando a todo poder que trate de narigonearnos y a toda fuerza, oculta o visible, que conspire contra la libertad de prensa y de expresión del pueblo dominicano.
Este 116 aniversario tiene para el LISTÍN DIARIO una significación especial: lo celebramos en libertad por primera vez desde su intervención ilegal por parte del Gobierno en el 2003.
Desde que fue reasumido por sus legítimos propietarios, en virtud de una sentencia de la Suprema Corte de Justicia que ordenó su devolución, el LISTÍN se ha empeñado en recobrar los espacios perdidos en el lapso de la ocupación gubernamental.
Hoy nos sentimos muy satisfechos del apreciable apoyo que nuestros clientes, lectores y relacionados nos han ofrecido para que ese proceso de recuperación haya superado nuestras propias expectativas.
Esto indica que la sociedad reprobó la fracasada estratagema usada por el gobierno anterior para apoderarse de esta empresa, controlar su línea informativa y editorial y pretender engañar a la opinión pública, y sobre todo a los electores, con irreales logros o con realidades manipuladas a la mejor conveniencia de las autoridades.
Para justificar la ocupación de este diario, se nos acusó de lavado de activos, un humillante anatema con el que pretendieron manchar nuestra historia, que ha sido fundamentalmente de servicio a la sociedad, solamente alterada en dos interregnos por los caprichos y las ambiciones descabelladas de dos sujetos de ingrato recuerdo: el dictador Trujillo y su enrevesada caricatura, Hipólito Mejía.
Es ahora cuando la sociedad ha venido a darse cuenta quiénes eran los verdaderos lavadores de activos y los verdaderos corruptos, y a comprender la malsana trama que culminó con la usurpación de los activos y los principios de este diario. El lector, que tiene fino olfato para distinguir lo que busca, no se equivoca en su dictamen. Nadie se tragó el engaño.
De esa ocupación quedan todavía las rémoras de la insolidaridad en nuestra propia clase, las inútiles añagazas de los que sueñan con vernos ocupados y amarrados otra vez, las vanas pretensiones de desprestigiar nuestro trabajo informativo, atribuyéndonos los mismos pecados que cometieron los usurpadores, en fin, todo un ridículo esfuerzo por hacernos separar de la estimación, la preferencia y la aceptación que hemos cosechado entre nuestros lectores y clientes a lo largo de estos 116 años de existencia.
Curtidos ya en experiencias muy disímiles, sacamos de ellas una importante lección: la credibilidad no se conquista ni con dinero, ni con la fuerza, ni con trucos mercadológicos, sino con un simple ejercicio de buscar la verdad y contextualizarla en una noticia o en una opinión editorial.
En este día reafirmamos el apego a las líneas trazadas por nuestros fundadores y la resuelta disposición de respetarlas y defenderlas, enfrentando a todo poder que trate de narigonearnos y a toda fuerza, oculta o visible, que conspire contra la libertad de prensa y de expresión del pueblo dominicano.
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