Thursday, October 13, 2005

Que se lleve el plan a otros barrios

SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA.- La sociedad se merece vivir tranquila y segura, sin los sobresaltos causados por una legión de malandrines que matan y roban a mansalva, con plena impunidad y con ostensible contubernio con ciertas autoridades.


El éxito del plan piloto contra la delincuencia en Capotillo obliga a que, sin mas premura, ese modelo de acción sea expandido a otros barrios calientes de la capital.


Ahora mismo hay una situación de extremada peligrosidad en Gualey, porque las bandas de delincuentes y drogadictos se disputan el control de estos negocios con las bandas de Las Cañitas.


Varios jóvenes han caído muertos, por balas o acuchillados, en constantes ajustes de cuentas, y los pacíficos ciudadanos de esos sectores son víctimas de ese estado de inseguridad que crean las peleas callejeras entre pandillas.


Urge que las autoridades trasladen hacia esos sectores el plan que aplicaron hace un mes en Capotillo y que ha dado resultados tangibles: en ese período no ha habido una muerte violenta en ese sector.


Aunque se han hecho denuncias preocupantes en el sentido de que agentes policiales, de esos que aun no se regeneran ni olvidan sus viejas andanzas delincuenciales, se están dedicando a extorsionar a los traficantes o consumidores de drogas de ese sector para dejarlos libres.


Como todo modelo que se inaugura para resolver un problema tan grave como la delincuencia focalizada en un sector, no es infalible. Puede tener sus defectos, sus fallas, sus partes infuncionales. Pero todo eso es corregible. Lo importante es que el objetivo esencial, que es el reducir los niveles de delincuencia y criminalidad, se está alcanzando, lo que prueba la utilidad y eficacia del plan.


Es bueno consignar que el plan de seguridad democrática fue concebido no como un recurso coyuntural frente a una oleada de atracos y asesinatos, sino como un proyecto de rescate social y de infraestructuras para fomentar la solidaridad entre sus habitantes.


Ese diseño, a su vez, surgió de un estudio amplio sobre las causas reales de la delincuencia, las carencias socioeconómicas de los residentes y sus expectativas más importantes.


Luego, las autoridades desplegaron equipos de patrullaje, de vigilancia continua, de contactos entre las autoridades y los residentes, y ahí están los frutos.


Es también digno de destacar que aunque no han desaparecido las poderosas causas de esta criminalidad en un país de empobrecidos, las muertes por causa de la violencia en septiembre han disminuido en relación con las de julio y agosto.

Eso indica que el reclamo y la actitud de la sociedad contra la delincuencia han comenzado a surtir sus efectos, tanto en ponerles las pilas a las autoridades para que hagan mejor su trabajo, como en lograr que el Gobierno destine fondos para enfrentar el problema.


La sociedad se merece vivir tranquila y segura, sin los sobresaltos causados por una legión de malandrines que matan y roban a mansalva, con plena impunidad y con ostensible contubernio con ciertas autoridades. Ojalá que estemos ya en el camino de revertir tan odiosa como desesperante situación.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home