Saturday, November 26, 2005

Niños atrapados en la drogadicción

SANTO DOMINGO, RD.- Noviembre 26- Parece, sin embargo, que no hemos hecho conciencia todavía de la magnitud que va tomando el problema de la adicción de niños y adolescentes a las drogas, y las tremendas implicaciones sociales que esto tiene


Decenas de niños menores de 14 años ya son adictos a la cocaína, el crack y la marihuana, lo que refleja la penetración de estas drogas en la parte más sana e inocente de la sociedad.

Lo triste es que la mayor parte de los niños adictos viven en barriadas humildes, mientras que en la de clase adinerada o acomodada el vicio arropa a adolescentes y adultos.

En Hogares Crea, por ejemplo, hay casos de niños de hasta 8 años que tienen una experiencia de consumo aterradora para su edad.

Llegan a las drogas como “mulas” o transportadores y luego se tornan en consumidores consuetudinarios.

Para comprarlas, recurren a los asaltos y robos y hasta el homicidio, si fuese preciso.
Las escuelas son su escenario. Se insertan en ellas para transportar y vender drogas y forman pandillas para asegurarse el dinero de su consumo personal.

Los grandes alijos de drogas que se incautan a los altos capos del narco en el país evidencian que estamos atiborrados de esas sustancias.

Una vez, el Presidente Fernández dijo que el país había pasado de ser puente para convertirse en un mercado activo y lucrativo de las drogas.

Estos sobrecogedores informes sobre la existencia de centenares de niños implicados en el vicio confirman las apreciaciones del Presidente.

¿Qué se está haciendo para prevenir este fenómeno?
Nada.

Las entidades que se ocupan de regenerar a los adictos, no importa su edad, carecen de recursos para sostener sus programas y reconducir la vida de estos infelices.

Las tareas preventivas y educativas, si existen, no parecen estar influyendo determinantemente para frenar este proceso.

La sociedad y el Gobierno deben plantearse seriamente cómo asumir una responsabilidad compartida en el enfrentamiento de este problema.

Hay que actuar antes de que, a la vuelta de pocos años, perdamos irremediablemente lo único que tenemos como garantía de futuro, la niñez, un segmento de la población sano y apto para afrontar nuestro destino nacional.

Parece, sin embargo, que no hemos hecho conciencia todavía de la magnitud que va tomando el problema de la adicción de niños y adolescentes a las drogas, y las tremendas implicaciones sociales que esto tiene.

Despertemos nuestra sensibilidad y actuemos pronto. Y con el mismo afán con que las autoridades buscan recursos para mantener a una burocracia ineficiente, con ese mismo vigor deberían buscar recursos para salvar a la niñez dominicana de este terrible flagelo.

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