Tuesday, December 06, 2005

Candidatos a papeletazos


SANTO DOMINGO, RD.- Es tanto lo que ha degenerado la actividad política que ahora, para aspirar a cualquier candidatura, hay que estar forrado de millones de pesos.


El sistema político nuestro no tiene todavía antídotos eficaces para impedir que delincuentes, avivatos y gentes cuestionables accedan a los puestos electivos.

Es tanto lo que ha degenerado la actividad política que ahora, para aspirar a cualquier candidatura, hay que estar forrado de millones de pesos.

Y no siempre los más humildes y valiosos militantes de un partido pueden obtener semejantes recursos.

Esto indica que el campo está abierto prácticamente para aquellos que, sin que el país sepa de dónde sacan tantos millones, pueden darse el lujo de incurrir en inversiones cuantiosas para promover sus figuras.

Ya no cabe esperar que la competencia en la búsqueda de apoyos o preferencias se realice sobre la base de presentar soluciones a los problemas puntuales del país.

Basta con tener mucho dinero, aunque se carezca de vergüenza o de valores morales y verdaderos sentimientos patrióticos, para copar los escenarios de la propaganda, influir internamente en los electores del partido y hacer lo que sea para aparecer en las boletas y obtener la gracia de los votantes.

Esto conlleva el peligro de que fuentes no idóneas alimenten tales candidaturas, con tal de colocar a sus propios peones en el Congreso y en los ayuntamientos para fines ulteriores.

Personas con expedientes judiciales graves aparecen optando por esos puestos electivos, mientras los partidos siguen dando largas a la propuesta que hemos hecho para que sometan a todos los aspirantes –antes de que lleguen a ser nominados– a las pruebas anti-doping.

Este sería apenas un paso para ir depurando a los candidatos, aunque lo ideal es que al interior de los partidos se establezcan perfiles o bases para una elección más consciente de las figuras, a fin de que no puedan colarse aquellos que sobornan, compran y manipulan los procesos internos con sus millonarios recursos.

¿Cómo se explica que para buscar una posición de regidor un aspirante tenga que invertir altísimas cantidades de dinero en propaganda y compra de adeptos, si los sueldos que da esa posición no alcanzan ni siquiera para cubrir tales inversiones?

Mientras los partidos admitan que la competencia entre aspirantes se dé a estos niveles, es decir, a puros cuartos, y no sobre la base de virtudes y merecimientos reales, no dejarán opciones válidas al electorado.

Y esto es peligroso para el futuro mismo del sistema partidario, desacreditado en lo profundo por las prácticas de corrupción, las impericias y el desgano de los políticos, que al llegar a las posiciones se desinteresan por la suerte del país.

En la medida en que los truhanes se apoderen de las posiciones electivas y lleguen a controlar tan importantes estamentos del Estado, ahí mismo hay que comenzar a cantarle el réquiem a esta democracia que nos ha costado tanto trabajo promover y sostener a lo largo de muchos años.

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