Saturday, December 31, 2005

Las duras pruebas del 2005

En donde hemos avanzado poco ha sido en la lucha contra la corrupción pública, que todavía sigue dependiendo de las conveniencias de trato entre los políticos y los partidos que se suceden en el poder


El año 2005 estresó bastante a nuestro país. Estuvimos en vilo, por culpa de la delincuencia, y soportamos demasiadas tensiones en el esfuerzo por enderezar y estabilizar la economía.A todo esto, tuvimos un año políticamente activo en el que los partidos, tratando de superar las resacas de sus divisiones, han hecho muchos esfuerzos para reorganizarse y prepararse para los comicios congresuales y municipales de mayo.En el orden económico, los diálogos para el consenso no fueron tan productivos como antes. El más crucial de ellos, procurando pavimentar el camino hacia el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Centroamérica y, consiguientemente, la reforma fiscal integral, absorbieron la atención de todos los sectores por muchos meses.Más allá de estas preocupaciones internas, tuvimos que encarar algunas situaciones externas no del todo agradables: las continuas alzas petroleras que agravaron el proceso hacia la estabilización y la reconquista de la confianza en nuestra economía, el deterioro de la situación haitiana y su reflejo en el agravamiento del desorden migratorio y las inquietantes limitaciones que cada vez más se imponen a los inmigrantes dominicanos en el extranjero.Pese a este marco de dificultades, la sociedad ofreció pruebas de su capacidad de aguante y comprensión, y también de reacción apropiada y oportuna.Asumió el costo del sacrificio social sin recurrir a la violencia destructiva ni a la desestabilización política. Soportó las alzas de los productos y postergó sus más sentidas reivindicaciones, aguardando que el proceso de estabilización comience a dar sus frutos.Diferente a como ha ocurrido en otros países, el debate sobre el TLC no estuvo matizado por irrefrenables protestas o malestares laborales.En cuanto a la delincuencia, hubo unidad de criterio y de acción para enfrentarla. Se realizaron marchas públicas y se ofreció colaboración a las autoridades para frenar a los antisociales. De ese clamor y movimiento surgió el plan de seguridad democrática y el programa de “barrio seguro”, y se está a la espera de sus resultados.En el plano legal, adoptamos salvaguardas para manejar uno de los ángulos más espinosos en la relación con Haití, el cual concierne al derecho a la nacionalidad, y se han tomado medidas para cambiar el formato de protección y vigilancia de la frontera, al tiempo que nos dimos una nueva ley de migración.En donde hemos avanzado poco ha sido en la lucha contra la corrupción pública, que todavía sigue dependiendo de las conveniencias de trato entre los políticos y los partidos que se suceden en el poder.En líneas generales, este es el cuadro que proyectó el 2005 y ahora es justo aspirar a que en el 2006 podamos mantener en alto el espíritu de lucha y de progreso del que suele hacer galas este pueblo frente a cualquiera de los desafíos que ha tenido por delante.

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