Más recursos para Cardiología
SANTO DOMINGO, RD.- Los legisladores y las autoridades de Salud Pública deben considerar con seriedad un aumento sustancial en el presupuesto de Cardiología, una institución en la que sus médicos y personal paramédico hacen milagros, con buena voluntad, esmero y eficiencia profesional, para salvar muchas vidas.
El Instituto Dominicano de Cardiología, que ha funcionado desde 1964, enfrenta nuevamente este año la necesidad de obtener más recursos por la vía del presupuesto nacional.
Muchos de sus equipos ya agotan su vida útil y el hospital necesita una planta eléctrica nueva porque la que opera, desde hace 15 años, vive dañada.
Esta deficiencia obliga al hospital a alquilar una planta adicional, lo cual diluye lo poco que le queda de la asignación oficial de Salud Pública para mantener sus buenos y baratos servicios.
Es bueno decir que a ese hospital acuden pacientes pobres, a muchos de los cuales ni se les cobra o se les favorece con extraordinarios descuentos.
El hospital se mantiene gracias a una serie de servicios que ofrece a pacientes de mayor poder económico y a la variedad de servicios que ofrece al público, que incluyen hasta odontología y gastroenterología, entre otras especialidades más propias de otros hospitales.
Pero también se ha convertido en un centro de enseñanza, ya sea para los programas de post-grado en cardiología, como los de pre-grado en Medicina para la UASD y UNIBE.
Las necesidades más urgentes del hospital, para el nuevo año, son, como ya apuntamos, la planta eléctrica de 500 kilowatts, un equipo de electrofisiología, una gamma cámara, un nuevo equipo para prueba de esfuerzo, rayos X, equipos de tomografía y ecocardiógrafo.
Todo eso cuesa 40 millones de pesos y el hospital necesitaría, para operar ordinariamente, una subvención de $3.5 millones de pesos mensualmente.
En realidad, la subvención equivale a una asistencia del Estado a los pacientes pobres, para que no tengan que pagar-–porque jamás podrían– los costosos y cruciales servicios de cardiología.
Es preciso indicar que esta es una de las subvenciones más bajitas que puedan existir en el sistema hospitalario público, pero tratándose del Instituto de Cardiología, sería un crimen que las autoridades escamoteen una ayuda que para otros hospitales ha sido varias veces superior a esta.
El hospital generó ingresos propios por 99 millones 781 mil pesos este año y espera alcanzar 118 millones 700 mil pesos en el 2006 si puede tener la dicha de adqurir estos equipos y ofrecer más servicios que los que actualmente brinda.
Lo más importante que apreciamos en la labor del Instituto es que allí trabajan los mejores especialistas del país, los costos son menores, la calidad del servicio es insuperable y la demanda de atenciones ha sido creciente, año tras año.
Los legisladores y las autoridades de Salud Pública deben considerar con seriedad un aumento sustancial en el presupuesto de Cardiología, una institución en la que sus médicos y personal paramédico hacen milagros, con buena voluntad, esmero y eficiencia profesional, aunque con poco dinero, para salvar vidas o para aminorar los riesgos a tantos pacientes con problemas cardiovasculares.
Se merece que le demos total respaldo en medio de sus necesidades de recursos y equipos nuevos.
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