¿Castigo o premio?
SANTO DOMINGO, RD.- La SIP ha cerrado su asamblea de medio año en Cartagena, Colombia, subrayando su alta preocupación por la forma en que varios gobiernos usan la publicidad oficial para “premiar o castigar” a los medios de comunicación.
Es esta una de las formas favoritas de ejercer presión sutil con el propósito de restringir o silenciar las voces independientes o contrarias a los gobiernos de turno.
En una resolución formal sobre este punto, la SIP condena a quienes sean cómplices de estas conductas corruptas o se beneficien directa o indirectamente de ellas.
Se denunciaron casos concretos de esta práctica en Venezuela, Argentina, México, Guatemala, Bolivia y Guyana.
Se puso de relieve que muchos gobiernos se valen de periodistas o comunicadores “favoritos” o adeptos a su línea política, para premiarlos abundantemente con estos favores publicitarios, sin importar los alcances, seriedad e influencia que dichos peones gubernamentales puedan tener en la opinión pública.
Anteriormente, en uno de sus editoriales, LISTÍN DIARIO advirtió al actual Gobierno no incurrir en estos maniqueísmos publicitarios, para no irrespetar la Declaración de Chapultepec, que el propio presidente Leonel Fernández ha suscrito formalmente, que prohíbe dichas acciones.
Oportuno sería que la Sociedad Interamericana de Prensa contratara una firma independiente y seria para que realice un levantamiento de estas violaciones a la Declaración de Chapultepec, a fin de establecer bajo cuáles parámetros se otorga la publicidad oficial a los medios de comunicación y en qué medida esta distribución se hace en función de premiación o castigo a dichos medios, levantando un inventario de los casos, país por país, y señalando a las instituciones que incurren en dicha restricción.
LISTÍN DIARIO avanza su disposición de cooperar, con lo que sea, con ese estudio, si se decidiese hacer.
Aparte de este mecanismo discriminatorio, otra preocupación expuesta por la SIP es la de que se están creando ahora, en ciertos países regidos por gobernantes con vocación de trogloditas, unos llamados “medios comunitarios”, radiales, televisivos o impresos, para difundir información sesgada, parcial e interesada de los gobiernos, y a esos nuevos medios les está lloviendo la publicidad que le enajenan o le condicionan a otros.
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