Saturday, April 30, 2005

Una “lucha” timorata, lenta e ineficaz

Los que minimizan el impacto que estas actitudes dubitativas producen en el ánimo de la ciudadanía no están sintonizando con la realidad concreta, que exige acción y castigo, más que circo o pura persecución política


Por la forma timorata, lenta e ineficaz con que se ha enfrentado hasta ahora la corrupción en las esferas oficiales, ya parecen quedar pocos dominicanos esperanzados en que se cumplan las promesas que se hicieron para encarar ese flagelo.La percepción que se tiene, en amplios círculos de nuestra sociedad, es que para influyentes figuras del Gobierno, esa lucha no es prioritaria y no debe consumir las energías que pudieran dedicarse a otros objetivos, como el de la recuperación de la economía.Si se considera que la aspiración de deshacer entuertos es simplemente intangible, no medible por ninguna vía concreta de las que se usan para tomar el pulso a una situación, entonces el Gobierno podría caer —como parece que ha caído— en una distorsión de enfoque.En una diplopía.Es decir, en una imagen doble en la que la realidad y las aspiraciones concretas de los ciudadanos queda opacada por las “prioridades” que se forma el propio Gobierno de su quehacer, que parecen ser las de alcanzar la recuperación económica del país, lo cual no está mal después de la terrible pesadilla que sufrimos.Y de ahí que, al choque de ambas imágenes, el Gobierno reaccione tardíamente frente al aluvión de denuncias y sospechas de que gente conectada al poder ha incurrido ya en actos indelicados, y entonces se da cuenta de que la corrupción es un mal que ha llegado a sus entornos.Reacciona frente a la embestida, pero actúa con respuestas escasamente contundentes. Esta lentitud en reaccionar frente al escándalo sobre la forma y el costo del amoblamiento del nuevo edificio de la Suprema Corte de Justicia y sobre las sospechas que recaen en personas vinculadas al extraditado narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo y que habrían gozado de la confianza de los nuevos inquilinos del poder, acentúa las preocupaciones de la Iglesia Católica y otras entidades de la sociedad civil de que no existe voluntad para enfrentar las pasadas y nuevas manifestaciones de corrupción.El hecho de que desde el Gobierno se diga que los contenidos de treinta auditorías son tan fuertes que, de sólo divulgarlos, producirían un estremecimiento de la sociedad, pero todavía se ocultan o se guardan, arroja más dudas.Los que minimizan el impacto que estas actitudes dubitativas producen en el ánimo de la ciudadanía no están sintonizando con la realidad concreta, que exige acción y castigo, más que circo o pura persecución política.El Departamento de Prevención de la Corrupción ha admitido ayer que esta lucha es ineficaz por el momento. Y las razones que ofrece para intentar justificar la inacción, la lentitud o sencillamente la incapacidad de librarla con más voluntad, no resultan admisibles ni creibles para una sociedad que esperaba —en esa materia— algo más de este gobierno.

La pobreza de nuestros partidos

No es la hora todavía de cantarles el réquiem a los partidos. Pero tememos que pronto esas lúgubres notas estén sonando en toda América Latina, anunciando nuevos tiempos. ¿Mejores o peores?


Se dice que el sistema de partidos está en crisis en toda América Latina y muchos han llegado a temer que su colapso pueda significar la vuelta de las dictaduras o de modelos de gobiernos muy ajenos a las normas democráticas. El que examina el proceso latinoamericano se da cuenta de que los partidos políticos han cambiado poco a poco su rol. De fuerzas que, en principio, tuvieron capacidad para organizar a las sociedades a la luz de ideas e iniciativas democráticas, verdaderas escuelas de formación políticas, los partidos han visto debilitar ese rol. De fuerzas que se acreditaron por tener a la cabeza y en sus mandos principales a figuras de talla intelectual por sus dotes y carismas para llegar al corazón de las masas y convencerlas con la llama de un discurso patriótico y con la fama de seriedad y honestidad que proyectaban, hemos transitado hacia un escenario donde palidecen esas figuras o donde la prioridad de los partidos es otra, pura y simple, la de organizarse sólo para participar en elecciones. A la carencia de líderes auténticos, vinieron, como sustitutos, los llamados "anti-políticos", un eufemismo un tanto generoso usado para identificar a personajes que, por una razón cualquiera, tal vez no ligada a la política, alcanzaron una popularidad tal que les permitió ser vistos como potenciales conductores de un país. A otros los escogieron de lo mejor que había producido la gestión empresarial o la rama militar para que asumieran el rol que ya no podían jugar los llamados políticos tradicionales, por desacreditados que estaban, y estos emergentes han resultado peores. En ese callejón sin salida se ven ahora los pueblos que exigen a sus partidos y a sus gobiernos, en nombre de la democracia, las soluciones que prometieron y que no cumplieron. De ahí la creciente frustración y desafio de las masas a los gobiernos de varios países latinoamericanos y los temores que estos movimientos comienzan a generar en todos aquellos que aún creemos en el sistema democrático, y en sus leyes de reposición y recambio, de alternabilidad y gobernabilidad, frente a un panorama que sólo presagia más colapsos. En el caso dominicano, la pobreza del sistema se manifiesta de múltiples formas. Los partidos no forman ya a sus militantes, no convencen a nadie, ni siquiera han tenido la capacidad de movilizar a las masas frente a un objetivo que no sea esencialmente electoral, sino ciudadano, en reclamo de reivindicaciones, pero tampoco han sido capaces de intervenir en ningún debate de fondo sobre los problemas del país de manera institucional. En nombre de los partidos hablan muchos, la mayoría incapaces y desacreditadas figuras. No se recuerda un solo documento célebre o de importancia histórica que haya salido de esos liderazgos esclerotizados o desautorizados en los últimos años, enfocando a profundidad un tema de carácter nacional, y aportando soluciones pensadas, fruto de todo el rigor de un análisis y examen que venga de mentes lúcidas y comprometidas con los valores democráticos dominicanos. Es una pena que el sistema de partidos dominicano sólo se active para campañas electorales. Que ese sea su único rol. Y que sus líderes sólo muestren fiebre y voracidad para sustraer cuando llegan al Gobierno, haciendo pésimos desempeños y provocando una creciente inconformidad y desaliento, una gran desconfianza y desazón en el pueblo que los llevó al poder con tantas esperanzas. No es la hora todavía de cantarles el réquiem a los partidos. Pero tememos que pronto esas lúgubres notas estén sonando en toda América Latina, anunciando nuevos tiempos. ¿Mejores o peores?He ahí el dilema.

Monday, April 25, 2005

La nuestra, una sociedad viciada

Estamos viciados hasta el tuétano. Lo sabemos. Y nos duele que, al denunciar estas cosas, pretendan consolarnos con lo de siempre: ”Es que el dominicano es así, adicto al juego, y nada puede cambiarlo”. Lo cual parece cierto.




Más de 40 mil bancas de apuestas, en las que se mueve un negocio de cerca de 14 mil millones de pesos anuamente, es un claro signo de lo viciada que se ha tornado la sociedad dominicana.El mercado del juego se extiende pavorosamente.

Las bancas, 21 mil legalizadas y una cantidad semejante operando sin franquicias, son más cuantitativamente hablando, que el número de escuelas, clínicas y boticas populares juntas.

Tenemos 900 clínicas rurales, 417 boticas populares y más de 6 mil escuelas públicas, pero no podemos evitar que el 70 por ciento de los estudiantes del bachillerato abandonen las aulas antes de terminar.

Ni tampoco hemos logrado brindar a la mayoría de los dominicanos servicios dignos de salud.Sin embargo, cada una de estas bancas de apuestas realiza al día operaciones que van desde los 5 mil pesos, en promedio, a cantidades astronómicas.

Y en este cálculo no entran las cantidades que se dilapidan en casinos, en galleras, en loterías electrónicas, en fracatanes ni en rifas callejeras, todo lo cual proyecta la ansiosa esperanza que tienen muchos de conseguir algo a través de la suerte.

El Gobierno se beneficia de esta sociedad viciada por los ingresos que recibe.Las bancas de apuestas pagan un derecho de 30 mil pesos y unas anualidades de 20,500 pesos, y están dotadas de luz propia, a través de inversores, paneles solares o el servicio de las Edes; poseen computadoras, televisores, muchas de ellas parábolas para recibir señales de satélites y hasta acondicionadores de aire.Menudean por doquier.

En los campos más apartados existen estas bancas, erigiéndose como nuevos altares del juego, mientras se acentúa la pobreza de los pobladores.Una sociedad que exhibe tan impresionante cantidad de centros de apuestas, en barrios o campos, debe revisarse.

Y debe preguntarse si acaso no es más beneficioso y productivo crear las condiciones y las oportunidades para sustituirlas por aulas que ayuden a educar a más dominicanos, o por dispensarios que garanticen, minimamente, una atención de salud para tantos millones de enfermos, desnutridos y depauperados dominicanos.

Pero este no es un tema que atrae a los políticos ni a los que se dicen preocupados por nuestro futuro como nación.Estamos viciados hasta el tuétano. Lo sabemos.

Y nos duele que, al denunciar estas cosas, pretendan consolarnos con lo de siempre: “Es que el dominicano es así, adicto al juego, y nada puede cambiarlo”. Lo cual parece cierto.

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Sunday, April 24, 2005

La PN, entre los excesos y las blandenguerías

Vale la pena que la Policía escuche más atentamente los reclamos y los sentires de la población y que se una más a ella en lo que es un propósito en el que todos estamos de acuerdo: que se establezca una mayor confianza entre civiles y agentes, y una mayor interactividadentre todos, por la causa de la paz y la tranquilidad en nuestro país.


No es lo deseable que los ciudadanos suplanten, con sus propios medios defensivos, a la justicia y a la autoridad cuando se trata de combatir la delincuencia que nos flagela.

Esa es una responsabilidad primordial, aunque no exclusiva, del Estado, que forma, organiza, dirige y costea la estructura humana y técnica que se necesita para velar por la seguridad de los ciudadanos, por la paz pública, por el cumplimiento de las leyes y de los procedimientos para aplicarlas.

La delincuencia creciente, imparable, ha hecho que los residentes de muchos sectores prefieran organizar las defensas de sus barrios, sus negocios y sus casas, y la integridad de sus habitantes, formando grupos armados o comités de vigilancia.

Lo han hecho ante la evidente precariedad con que la Policía debe enfrentarse a estas amenazas de los antisociales, y ante la dobleguez de muchas instancias para castigar enérgicamente, con la Ley en las manos, a los homicidas, atracadores, ladrones y malandrines que quieren adueñarse del patrimonio ajeno y que agreden y matan sin contemplaciones.

En algunos casos, los comités de ciudadanos se han integrado para auxiliar a la Policía o para hacer colectas que permitan dotar a la institución de vehículos y equipos, siempre esperando que se les recompense con una mejor vigilancia y protección de sus sectores.

Otros han tomado francamente la vía de hacer justicia con sus propias manos y se conocen de muchos casos de linchamientos in situ, de personas sorprendidas robando o agrediendo a los indefensos ciudadanos.

Fruto de la inseguridad existente en muchos sectores, la Policía ha dispuesto que una comisión de oficiales examine el proceder de sus agentes, si son blanditos o indiferentes, si son capaces o no para actuar como tales o si son cómplices y hasta miembros de las pandillas de delincuentes.

Esta investigación no hará más que confirmar que, en verdad, no se tiene toda la capacidad y todo el recurso humano y técnico indispensable para sostener una exitosa y permanente lucha contra la delincuencia.Y que en este contexto, tanto hay de excesos como de blandenguerías.

Pero vale la pena que la Policía escuche más atentamente los reclamos y los sentires de la población y que se una más a ella en lo que es un propósito en el que todos estamos de acuerdo: que se establezca una mayor confianza entre civiles y agentes y una mayor interactividad entre todos, por la causa de la paz y la tranquilidad en nuestro país.

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Saturday, April 23, 2005

Los derechos humanos, una concienciación necesaria

Ojalá que esta campaña pueda ayudar a cerrar esa brecha de desconocimiento, y despierte la voluntad de todos nosotros para conocer los derechos y deberes que debemos observar y hacer cumplir, con lo cual podríamos cambiar a una sociedad que sepulta sus mejores, valores por otra que sea más digna y más humana para todos.


El hombre que no conoce sus derechos y deberes en una sociedad es como si no los tuviera, ignorando que su propia dignidad, su propia libertad y su propia existencia dependen de ellos.

Por derechos humanos tenemos a menudo una noción parcial, ya que las causas para su defensa se politizan o se hacen muy selectivas.

De esos derechos oímos hablar cuando a algún ciudadano se le priva ilegalmente de su libertad, cuando la autoridad se aplica abusivamente en su contra o cuando le dan una paliza a alguien que sale a reclamar que le cumplan o le satisfagan una necesidad.

Es por eso que la sociedad reacciona con recelo cuando ve que los llamados defensores consuetudinarios de esos derechos sólo los invocan en casos muy específicos de perseguidos o delincuentes atropellados, y no cuando la víctima es el ciudadano, el inocente, el que no ha provocado la agresión o la violación, el que está indefenso frente al que abusa.

Por eso resulta oportuna la campaña de concienciación que ha iniciado a través de los medios audiovisuales del país y en distintos centros la firma de abogados Pellerano y Herrera, siguiendo la tendencia de muchas empresas de promover campañas con sentido patrio y moral, de las que fluyen pensamientos y mensajes muy positivos.

“Tú tienes derechos” es el lema de la campaña y ha comenzado con la reproducción de textos que aparecen en la Constitución, en nuestras leyes y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Parecerá una simple repetición, pero no puede dejarse al azar el hecho de que no todos los ciudadanos están familiarizados con esos principios y que nunca sobra recordarlos y reflexionar sobre ellos. Y lo más importante, exigirlos y defenderlos cuando peligran.

Los derechos humanos son la base de la convivencia en la sociedad, y nadie es excluido como acreedor. A nuestra legislación se han incorporado nuevas leyes y códigos que procuran garantizarlos, inclusive de manera específica para los casos de niños y niñas, adolescentes, adultos y ancianos, así como para los que han delinquido, los que guardan prisión, los que concurren a los tribunales o los que figuran envueltos en controversias jurídicas, comerciales, políticas y de cualquier otra índole.

La falta de educación es responsable, en gran medida, de la ignorancia y el desconocimiento de esos derechos.

Con razón el abogado Ricardo Pellerano, ejecutivo de la firma de abogados que promueve esta campaña, ha asociado el extendido irrespeto hacia la Ley que se percibe en esta sociedad al desconocimiento de esos derechos y al desgano de muchos por hacerlos valer en cualquier circunstancia.

Ojalá que esta campaña pueda ayudar a cerrar esa brecha de desconocimiento, y despierte la voluntad de todos nosotros para conocer los derechos y deberes que debemos observar y hacer cumplir, con lo cual podríamos cambiar a una sociedad que sepulta sus mejores valores, por otra que sea más digna y más humana para todos.

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Friday, April 22, 2005

Sólo falta voluntad



Es tiempo de tomar el camino correcto. Sin detenernos en el incumplimiento de responsabilidades ajenas. Lo más importante para la sociedad no es lo que faltó, sino lo que ahora debemos hacer. Abarcando lo de ayer y lo de hoy

L a gente tiene la percepción de que la corrupción ha derrotado a nuestros gobernantes. Los hechos, en realidad, lo sustentan. La sociedad, sin embargo, se resiste. Sueña.Y buscando aliento en esa resistencia, los ciudadanos compran ofertas electorales, planteamientos teóricos y buenas conductas individuales de personas que parece que jamás sucumbirían en su responsabilidad de combatir este terrible flagelo.Al pasar balance de administraciones gubernamentales y de gestiones frente a los organismos responsables de castigar a los corruptos, el resultado cuando menos es el mismo. En ocasiones, hasta superior en la suma de acciones delictivas.El marco jurídico existe. El compromiso político y social se oferta. La obligación que nos imponen convenios y resoluciones de la comunidad internacional hay que honrarla. Las pruebas y evidencias del delito se pueden recoger hasta en plazas públicas...pero para actuar falta la voluntad real. En resumen, a nadie, con poder para usar, le duele el saqueo del patrimonio público. No le inmuta el desafiante enriquecimiento ilícito de políticos y allegados. Ni que se le enrostre al pueblo el bienestar que en forma burlona y desconsiderada exhiben los depredadores de los bienes y riquezas del pueblo dominicano.Las poses de lucha contra la corrupción no faltan. Las promesas de erradicar este mal abundan al extremo que empalagan. Se repite el cuadro desolador: retorna la desesperanza. Nos invade el desaliento.Es tiempo de tomar el camino correcto. Sin detenernos en el incumplimiento de responsabilidades ajenas. Lo más importante para la sociedad no es lo que faltó, sino lo que ahora debemos hacer. Abarcando lo de ayer y lo de hoy. El presidente Leonel Fernández, signatario de convenios y declaraciones conjuntas con gobiernos y pueblos hermanos que juran derrotar a los corruptos, tiene que marcar la ruta. Su compromiso con las generaciones del presente y el futuro es ineludible. Su investidura, su liderazgo y el propio juramento que hizo de respetar y hacer respetar la Constitución y las leyes dominicanas lo obligan a ser reverente ante el llamado histórico de salvaguardar la democracia, protegiendo y defendiendo el patrimonio público y distribuyendo en forma justa las riquezas de la nación.No puede delegar en nadie esas atribuciones, ni esta cita histórica. Es obligación rendir cuentas y castigar a los que no las tengan claras.Se pueden convidar en esta cruzada moral a decenas de hombres probos, honestos, responsables y transparentes en su vida pública o ejercicio privado, pero jamás abandonar los mecanismos e instituciones encargados de perseguir el crimen y castigar a los culpables.De ninguna manera podemos abrir caminos que puedan ser aprovechados por terceros para burlar la justicia y no pagar por sus actos de corrupción.El Presidente está en el derecho de alistar a cuantos quiera para combatir este flagelo degradante, pero colocándose al frente de todos, con una decisión firme, garantizando su inequívoco deber de evitar que la corrupción nos derrote.Una sola palabra puede llevarnos al éxito: voluntad.

Wednesday, April 20, 2005

Benedicto XVI, un gran custodio de la fe

La humanidad puede estar segura de que con Benedicto, XVI se preserva el liderazgo moral que la Iglesia ha cincelado, en gran medida por los efectos de las ideas y los valores de la fe que él mismo, como gran teólogo, impulsó desde su prefectura con libros y mensajes y en su andar misionero junto al querido y santo Juan Pablo II

El mundo católico ha recibido, con regocijo, la noticia de que ya tiene un nuevo Pontífice, Benedicto XVI, cardenal Joseph Ratzinger, un auténtico custodio de la fe.El luminoso horizonte cimentado por los 27 años de pontificado de Juan Pablo Segundo está garantizado en las manos de Benedicto XVI.“El Señor me ayudará en ese camino,” ha proclamado en su primera bendición al mundo.Su elección, rápida en el tiempo, es una prueba de que el colegio cardenalicio anduvo certero al reconocer sus inmensos méritos como prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que lo acredita como una de las mentes mas lúcidas del cristianismo contemporáneo.Trabajó estrechamente al lado de su antecesor y se le reputa tan valiente como Juan Pablo Segundo, especialmente en su denuncia del relativismo que parece ganar espacios en la conducta, la mente y los instintos de muchos humanos, que prefieren echar a Dios a un lado y rendirse ante los “ nuevos dioses” de la modernidad, la increencia, el consumismo y el individualismo, entre otros.La humanidad puede estar segura de que con Benedicto XVI se preserva el liderazgo moral que la Iglesia ha cincelado, en gran medida por los efectos de las ideas y los valores de la fe que él mismo, como gran teólogo, impulsó desde su prefectura con libros y mensajes y en su andar misionero junto al querido y santo Juan Pablo II.Un secretario laboriosoNadie puede poner en dudas que, como miembro del Gabinete, el secretario de Obras Públicas ha sido uno de los que ha demostrado más capacidad y dedicación a su trabajo en el corto tiempo que lleva este régimen. Entre las obras más importantes que hasta ahora puede exhibir el Gobierno, en el plano material, muchas corresponden a su Secretaría.No ha ido a perder el tiempo ni a involucrarse en las querellas o en la puja de intereses que caracterizan el ejercicio de un secretario de Obras Públicas, dada la diversidad de obras que están a su cargo, para concesión o para ejecución propia.Se le ve por todos lados, en especial en aquellos lugares que están reclamando obras con urgencia.O donde hay o hubo dificultades.Y tiene un perfil de funcionario discreto que actúa más como profesional de la ingeniería —campo en el cual ha ganado muchos méritos, según sus colegas— que como político populista que procura ganar simpatías y adeptos entre los suyos y los de fuera, aprovechando los cuantiosos recursos y el poder que dimanan de su dependencia.Dejémosle trabajar, hasta que no pueda hacerlo bien o hasta que demuestre que no es competente para el cargo.

Monday, April 18, 2005

De la fortuna de Quirino, ¿cuántos se beneficiaron?

El ex candidato presidencial reformista Eduardo Estrella ha dicho, tajantemente, que él y su partido “son los únicos” que no tuvieron relación ni recibieron fondos del extraditado Paulino Castillo. ¿Quiénes más, como él, podrían ahora decir lo mismo, sin mentir y sin ocultar nada?

Quirino Paulino Castillo no escatimó prudencia para exhibir su poder y su influencia, a fin de que nadie tuviese dudas de que, forrado de dinero, era un perfecto mandamás en el profundo Sur. Y hasta más allá.Su residencia, a todo lujo en una región llena de miseria, era custodiada permanentemente por no menos de veinte militares.Allá iban jefes militares y políticos, aparentemente de diferentes partidos, a cultivar unas relaciones muy “provechosas”, dada su proverbial inclinación a resolver con dinero no sólo las ambiciones personales de algunos, sino las necesidades de fondos para la actividad política y –en casos incontables– para asistir a los pobres y desamparados en sus urgencias inmediatas.Cuentan que no vacilaba en dar a cualquier infeliz que se le atravesara en su camino la ayuda económica indispensable para atender una enfermedad, para pagar una deuda, costear un entierro o para resolver otros apuros.Como ya la Suprema Corte de Justicia y el Poder Ejecutivo dispusieron de su extradición a Nueva York, donde una corte de Manhattan le ha formulado varios cargos federales, es obvio que todo cuanto concierna a la relación de Quirino con el poder político establecido en el país será materia de mucho interés.La lucha contra el narcotráfico no descansa solamente en el apresamiento de sus jefes o enclaves, sino en el decomiso de sus bienes y fortunas, y en el descubrimiento y desmantelamiento de sus redes.Cuando esas redes han operado con el amparo de autoridades clave en el Gobierno o en los demás poderes del Estado, se dice entonces que en el país del que se trate existe un “narco-Estado”, o el imperio de los narcos sobre toda autoridad que está llamada a impedirlo.Si no se trata de un “narco-Estado” y, en cambio, se evidencia una amplia extensión de esas redes hacia el mundo de los partidos y los líderes políticos, entonces las señales de un envilecimiento de la sociedad no tardan en aparecer.Tras el arresto de Paulino Castillo se dijo que este fue un gran sostenedor de partidos y dirigentes. Inclusive, uno de sus hermanos vociferó en plena audiencia de la Suprema Corte los nombres de partidos y dirigentes a los cuales, supuestamente, les proveía abundantes ayudas.
¿Cuáles son esos partidos y esos dirigentes?El ex candidato presidencial reformista Eduardo Estrella ha dicho, tajantemente, que él y su partido “son los únicos” que no tuvieron relación ni recibieron fondos del extraditado Paulino Castillo. ¿Quiénes más, como él, podrían ahora decir lo mismo, sin mentir y sin ocultar nada?Es tiempo propicio para que la Justicia, sin temor ni ataduras, se ocupe de averiguarlo y de esclarecer estas denuncias, para ver si por fin comenzamos a rescatar la credibilidad herida de nuestro sistema de partidos y la endeble moral que sustenta precariamente a esta sociedad.Es hora.

Sunday, April 17, 2005

Don Goyito, un legislador sin ONG

Esto plantea la necesidad de que, en el caso de las ONG, los legisladores, en un acto supremo de transparencia, revelen al país, formalmente, qué obras han hecho con los recursos asignados del presupuesto

En las lomas de Manuel Bueno, en Dajabón, vive Gregorio Reyes Castillo, un diputado que no tiene ONG, ni mansión, ni yipeta, ni otros privilegios.Le llaman Goyito, es del PLD y lleva dos períodos como legislador. La gente de su distrito municipal lo tiene como un benefactor, porque sólo vive afanando para ayudarlos.Es la cabeza de una típica familia campesina. Las exoneraciones que le han otorgado por su condición de legislador de la República. Las usó sólo para comprar una camioneta. Pero su casa sigue siendo una modesta vivienda de montaña.Todavía tiene letrina, pero ya le incorporaron un sanitario adentro. Es lo más nuevo y moderno.¿Cuántos, como él, entre sus pares, pueden exhibir tal grado de sencillez y modestia?Y, además, ¿cuántos pueden sentir el orgullo de haber servido a sus comunidades como uno más, con espíritu de sacrificio y sin delinquir o prestarse a chanchullos?Don Goyito fue de los que dirigió las duras faenas de abrir trochas en la montaña para construir un canal que llevara las aguas de una represa, también hecha con el trabajo voluntario de los pobladores, hacia un cuarto de máquinas, lo que genera electricidad continua en esa comunidad.Es un hombre trabajador. Un legislador ejemplar. Más bien, atípico.Lo más importante es que no se ha prevalido de ese poder ni ese rango para tener “ su” ONG, unas entidades que anualmente reciben cantidades millonarias del presupuesto nacional y pocos saben qué se hace o qué se puede exhibir, con orgullo, con esos fondos.Un ejemplo de esto es la Fundación de Desarrollo Comunitario (FUDECO), que realiza una inmensa labor social en la frontera, se le habían asignado en el pasado gobierno 50 mil pesos mensuales. Y resulta que la entidad nunca había tenido noticias de esa asignación, hasta que se dieron cuenta un día en que leían la ejecución presupuestaria.Sabrá Dios cuántas entidades o personas figuran recibiendo dineros del presupuesto, sin que realmente existan o sin saber que son beneficiarias.Esto plantea la necesidad de que, en el caso de las ONG, los legisladores, en un acto supremo de transparencia, revelen al país, formalmente, qué obras han hecho con los recursos asignados del presupuesto.¿Cómo han invertido esos dineros, qué impacto han tenido las obras realizadas (si acaso las han realizado) en sus comunidades y qué otras ventajas sociales han tenido sus representados de esas aportaciones del Estado?Don Goyito está excluido de este desafío. Su única ONG es la titánica voluntad de ayudar a los pobres de su campo, con manos y corazón limpios, no para hacerse millonario o indolente ante quienes lo eligieron.

Saturday, April 16, 2005

Energía 24 horas, a 25 pesos mensuales

Inexplicablemente, esas soluciones alternativas no siempre atraen a los gobiernos, que procuran obras gigantescas y costosas, atrayentes y visibles, y se olvidan de los padecimientos y necesidades de los auténticos desarraigados

Siendo embajadora de los Estados Unidos, Donna Hrinnak se internó en los parajes montañosos de la frontera Norte, palpó las formas de vida de sus habitantes y experimentó una triste sensación al observar la pobreza y el aislamiento de esas comunidades.Al retornar a Santo Domingo, se puso en contacto con autoridades de su país y a los tres días le autorizaron una ayuda de medio millón de dólares, que ella entregó a la Fundación de Desarrollo Comunitario para la construcción de una pequeña hidroeléctrica en El Aguacate, de Santiago Rodríguez.En poco menos de dos años, los campesinos trabajaron de gratis para represar un río aguas arriba en la comunidad de Manuel Bueno, canalizar sus aguas entre las pendientes de montaña y llevarlas, en fuerte caída, hacia una estación que la convertía en energía.También ayudaron a instalar las redes eléctricas y hoy disfrutan de energía permanente, pagando apenas 25 pesos mensuales por un servicio que, por lo visto, es el mejor del país.En otros casos, modestas o sustanciales donaciones de fondos a Fudeco y Save the Children han contribuido a resolver necesidades perentorias, de forma permanente, en los poblados más aislados y atrasados.Es un ejemplo auténtico de lucha exitosa contra la pobreza.Los habitantes de El Aguacate han cambiado radicalmente su calidad de vida al poseer energía 24 horas continuas, agua suficiente y, en pocos días, mejorarán la comunicación hacia otros poblados con una carretera y tres puentecitos construidos bajo el modelo de acción comunitaria.Los gobiernos dominicanos no han puesto un chele en estas obras.Es muy probable que, como estos, hayan más ejemplos a todo lo largo del país en el que entidades privadas, auxiliadas con fondos nacionales o externos, se ocupan de desarrollar y sacar adelante a pequeñas y empobrecidas comunidades.¿Cuántas hidroeléctricas medianas podría y debería hacer el Gobierno para paliar la escasez de energía en poblados de gentes trabajadoras y productivas?Este país tiene todavía muchas fuentes de agua que pueden ser mejor aprovechadas.Pero, inexplicablemente, esas soluciones alternativas no siempre atraen a los gobiernos, que procuran obras gigantescas y costosas, atrayentes y visibles, y se olvidan de los padecimientos y necesidades de los auténticos desarraigados.Nunca un Presidente ha ido a ver estas obras ni a preguntar al Fudeco cómo han logrado estos pequeños pero significativos milagros.El secreto está en que esas obras no se hacen para ganar votos ni comisiones ni para favoritismos de cualquier tipo.Y por eso estamos como estamos.

Friday, April 15, 2005

“Hasta nuevo aviso”

A todos los que han llamado para hablar sobre el personaje Quirino han acudido a la cita, no obstante los elevados y poderosos cargos que ocuparon. Hacerlo con Mejía es imperativo para aclarar muchas interrogantes que legítimamente debe plantearse un ministerio público

Pocas veces la prensa ha reseñado alguna reunión, en privado y en Palacio, del fiscal del Distrito con el Presidente de la República.La de ayer, por su duración y por sus resultados, ha causado muchas conjeturas, porque tras ella el fiscal anunció la suspensión de la cita para interrogatorios del ex presidente Hipólito Mejía.El fiscal José Manuel Hernández explicó que acudió al Palacio a informarle su decisión al Presidente de la República y dijo que no ha recibido presión del Jefe del Estado para que actuara de esta forma.Antes no se había dicho que el Fiscal acudió también a Palacio a informarle al Presidente que procedería a citar a Mejía.Además, ni para citarlo ni para revocar la citación hay que consultar al Presidente, pues esto implicaría envolverlo en el curso de un proceso que, hasta ahora, no ha pasado de la fase investigativa.En esta fase, nadie puede acusar a los actores.Sencillamente, se procuran los testimonios, se comparan con los de otros testigos, se evalúan en función de los méritos como piezas para un futuro expediente, y se dictan las medidas de lugar.A todos los que han llamado para hablar sobre el personaje Quirino han acudido a la cita, no obstante los elevados y poderosos cargos que ocuparon. Hacerlo con Mejía es imperativo para aclarar muchas interrogantes que legítimamente debe plantearse un ministerio público.Aunque la Fiscalía argumenta que se han sumado nuevos elementos a la investigación, no nos parece que esa sea una razón suficiente para revocar una citación de un testigo. Este puede ser llamado cuantas veces lo estime necesario el fiscal investigador.Para la gente de la calle, que ha reaccionado con estupor y asombro ante esta noticia, esto significa que al Gobierno y al ministerio público le han tumbado el pulso en esta fase, ya que, por extraña coincidencia, ayer el ex presidente anunció que el lunes, en una cadena de radio y televisión, denunciaría supuestas irregularidades en los procesos de privatización de las empresas de energía y de azúcar, en el programa Peme y también diría algunas cosas importantes de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, que creó y guía el presidente Leonel Fernández.En realidad, al pueblo debería decírsele toda la verdad sobre esos casos y algo más, sin excluir lo que tiene que ver con Quirino. La citación a Mejía alentó las esperanzas de que habíamos entrado en un curso irreversible de esclarecimiento y sanción de hechos punitivos. De que, en verdad, el Poder Ejecutivo no interferiría con la Justicia ni de que permitiría “vacas sagradas” intocables por los tribunales. Abramos un compás de espera antes de que se agote el último aliento de esa esperanza, y comprobaremos con el tiempo si la causa anticorrupción que enarbola este Gobierno es auténtica o se trata de una pura mascarada.

Thursday, April 14, 2005

Nuevos horizontes para los fronterizos

En campos de la frontera donde no hay luz ni agua, la última tecnología de la informática comienza a dividir la historia entre una época de atraso y escaseces y otra de modernidad y nuevos horizontes.
A través de varios centros tecnológicos instalados por la Fundación de Desarrollo Comunitario (Fudeco) y Verizon, centenares de niños, jóvenes y adultos ya saben manejar computadoras, entrar al internet, aprovechar su inmenso caudal de información e interactuar con otras gentes en todo el mundo.
Como estos centros están instalados en campos muy paupérrimos, la energía con que operan la producen los paneles solares y la señal llega a través de parábolas.
Computadoras, paneles y pivotes satelitales son las herramientas que han comenzado a cambiar la vida de muchos habitantes que, hasta hace pocos años, desconocían la magia de estas tecnologías.
Los paneles solares han sido tan útiles que ya Fudeco financia su adquisición a pequeños y medianos empresarios agrícolas y a las propias comunidades organizadas.
Esto ha permitido que el agua extraída de pozos abiertos por esas comunidades, con el auxilio de Fudeco, pueda ser bombeada a los parajes.
Otros han utilizado pequeños paneles para colocarlos en sus casas, obteniendo energía, luz y potencia para bombear agua de sus pozos.
Lo que se plantea ahora es un choque cultural, una previsible transformación social, pues hay una generación conectada a la modernidad que coexiste con otra, inmersa todavía en el atraso.
Esto hará que se incrementen las demandas para que el Gobierno asuma los retos de proveer más tecnologías y para promover el aprovechamiento del recurso agua a través de pequeñas hidroeléctricas, de acueductos rurales o de los mismos pozos.
Fudeco lleva 27 años implementando estas soluciones prácticas, pero no había sido hasta hace poco tiempo que, en combinación con Verizon, instaló esos centros tecnológicos a un costo de 60 mil dólares cada uno.
Esto demuestra que no es necesaria una inversión tan alta para cambiar el panorama de atraso en la frontera, por lo menos en los poblados de la frontera Norte, que abarca Dajabón, Restauración, Mao y Loma de Cabrera.
Sólo falta que recordemos la frontera. Que vayamos al corazón de sus comunidades, las escuchemos y les resolvamos, con estas soluciones prácticas, sus elementales necesidades.
El director de Fudeco, Horacio Ornes, ha hecho mucho más a través de Fudeco y Save yhe Children, la organización mundial a la cual está afiliado.
Lo penoso es que ningún Presidente, en 27 años, lo ha llamado todavía para preguntarle qué ha hecho, cómo lo ha hecho y qué ayuda puede darle para hacer más, con pocos recursos y en poco tiempo.

Monday, April 11, 2005

Un legislador de buenas iniciativas

El senador José Tomás Pérez, en solitario, con decencia y sin estridencia, ha cumplido una excelente labor. Eso mismo podemos decir, en justicia, de otros de sus colegas que, no importa la organización a la que pertenezcan, se esmeran en aprovechar su tiempo legislativo en asuntos importantes para la nación y para nuestro futuro

N o siempre es posible distinguir entre Senado y senadores, sobre todo cuando el cuerpo está dominado por los de un mismo partido, esté o no en el poder.Por eso, a menudo, se vierten críticas contra el Senado cuando vota o deja de votar asuntos controversiales, sin reparar en el hecho de que en esa cámara intervienen legisladores que, en determinadas coyunturas, disienten de la mayoría.Pero a todos, lamentablemente, se les pega por igual el anatema. Porque forman parte de un mismo cuerpo y, para la opinión pública, que no anda entrando en esos detalles, lo que uno o unos hagan o dejen de hacer, es obra del Senado, en su conjunto.Esta percepción hace que, con frecuencia, no podamos calibrar el trabajo individual de los senadores, como es el caso del senador peledeísta José Tomás Pérez que, literalmente en solitario, ha logrado que le conviertan en leyes muchas importantes iniciativas.Fue el autor, por ejemplo, de la ley de acceso a la información pública, una iniciativa que el Presidente Fernández —y todo el país, o todo el que defiende la democracia— ha ponderado positivamente por sus enormes implicaciones para el ejercicio transparente del poder.Luego introdujo la ley sobre los burós de crédito, para regular las prácticas abusivas de las empresas que manejan informaciones de clientes o entidades que deben a los bancos y financieras.Y recientemente sometió un proyecto que crea el Fiscal Nacional Anticorrupción, poniendo en un nuevo contexto las legislaciones que existen pero que, en la práctica, son ineficaces para luchar contra la corrupción a todos los niveles.Especialmente a nivel de Gobierno.Estas iniciativas tienden a modelar los perfiles de una sociedad que ya no aguanta más abatimiento de sus normas y de sus leyes. Esta sociedad necesita que el Senado y los senadores, como los diputados y su Cámara, actúen de la forma en que lo ha hecho el licenciado Pérez.No hay que ser vocinglero, echapleitos, bravucón ni nada por el estilo para imponer criterios o convencer a otros con sus ideas.El senador José Tomás Pérez, en solitario, con decencia y sin estridencia, ha cumplido una excelente labor. Eso mismo podemos decir, en justicia, de otros de sus colegas que, no importa la organización a la que pertenezcan, se esmeran en aprovechar su tiempo legislativo en asuntos importantes para la nación y para nuestro futuro.No solamente en “buscar lo suyo” o en promover bellaquerías y rebeliones insensatas, favorecidos por la inmunidad y, corrientemente, la impunidad que se generan con estas privilegiadas posiciones.

Friday, April 08, 2005

Adiós, Karol

Ese estilo abierto y amoroso, esa forma tan valiente de exponer los valores del cristianismo, esa simpatía natural que provocaba en todos los que lo conocieron, hizo que rápidamente Juan Pablo Segundo se ganara la admiración y el respeto de toda la humanidad

Roma, convertida en un areopago de fe y de dolor, de vacíos y de esperanzas, ha registrado hoy para la historia la magna despedida mundial al Papa Juan Pablo II en su inevitable camino hacia el altar.Adiós, Karol Wojtyla.Su pontificado sella una de las historias más impresionantes de la evangelización.Se nos ha marchado un hombre que, con su carisma, su amor por los pobres, por los desarraigados y por el respeto a la vida, luchó por hacer más humana a la humanidad.Los dominicanos, en particular, sentimos aprecio y simpatía por este hombre grande y santo.Recordamos sus visitas y, sobre todo, las motivaciones que tuvo cada momento para hacerlas. Quedó prendado de nuestras bellezas naturales desde el primer día en que besó nuestro suelo y recorrió nuestras calles y barrios y ofició en los principales templos, y mostró siempre sensibilidad frente a nuestras dificultades y frente a nuestras catástrofes.Ese estilo abierto y amoroso, esa forma tan valiente de exponer los valores del cristianismo, esa simpatía natural que provocaba en todos los que lo conocieron, hizo que rápidamente se ganara la admiración y el respeto de toda la humanidad.Una buena parte de ella, como jamás se ha visto en la historia, hizo patente ese cariño y el dolor por su partida, concurriendo a sus funerales en Roma o presenciándolos a través de la televisión.Los líderes mundiales, los de naciones grandes y poderosas hasta los más pequeños y débiles, sintieron el deber de acudir a Roma a despedirlo.Estamos seguros que al Papa le hubiese gustado que la despedida final no se conviertiese, además, en uno de los más impresionantes esfuerzos de seguridad para la protección de vidas y garantía del orden, ya que siempre fue un hombre sencillo, asequible, que gustaba irradiar su calor espiritual y humano a todos sus seguidores.Recién iniciado como Pontífice fue a Milán y se sorprendió de la excesiva logística de seguridad a su paso. Al volver a Roma, de su puño y letra escribió una carta al Corriere de la Sera, y se quejó de que, siendo un hombre de bien, tuviera que rodearse de tanta seguridad. La firmó como Karol Wojtyla, como un simple polaco, para no comprometer a la Iglesia.Fue un hombre de valor. Le dió a la expresión de Cristo, “No temáis”, su más excelsa significación y aplicación. Rompió las rigideces y el hieratismo que antes caracterizaban a la figura de un Papa, y se hizo muy presente entre nosotros, con su sencillez, su sonrisa, sus buenas maneras y sus bendiciones. Adiós, para siempre, querido Karol. Te lo decimos con las gargantas anudadas y con unos corazones que lloran.Adiós.

Thursday, April 07, 2005

Queremos cuentas claras, sin borrones

El Poder Ejecutivo, con el ministerio público como su órgano de protección y defensa de la sociedad, tiene que ser el mayor garante en la vigilancia, reclamo y sanción en contra de los que incurran en debilidades en el manejo del erario nacional. Aunque los concupiscentes provengan del partido oficial o del Gobierno mismo

La rendición de cuentas es un principio cardinal en todo tipo de administración, pública o privada. Esta verdad de perogrullo no hay que repetírsela a nadie.El ejercicio pulcro y transparente en el manejo de recursos económicos , estatales o no, es un mandato de la democracia. Es un principio ético y una obligación constitucional.Cumplir con esa responsabilidad es un deber. Reclamarlo es un derecho. La ley no empuja a nadie hacia lo incorrecto. Mas, obliga a los correctivos.La nación tiene sus guardianes naturales para garantizar que todo el que administre fondos públicos lo haga con apego a las normas contables, los valores morales y en el marco de lo que establecen nuestros códigos.El Poder Ejecutivo, con el ministerio público como su órgano de protección y defensa de la sociedad, tiene que ser el mayor garante en la vigilancia, reclamo y sanción en contra de los que incurran en debilidades en el manejo del erario nacional. Aunque los concupiscentes provengan del partido oficial o del Gobierno mismo. O de donde sea.El Poder Judicial, con todas sus instancias, debe producir las sanciones ejemplarizadoras, que permitan a los funcionarios actuales reflexionar sobre el resultado final de su eventual mala práctica administrativa, mirándose en el espejo de sus predecesores.Y el Poder Legislativo debe contribuir siempre, con sus sabias y oportunas decisiones, a crear el marco institucional que limite los actos de corrupción administrativa, tan denunciados coyunturalmente y tan protegidos con la indiferencia y la impunidad, cuando se tiene que actuar con la ley en la mano.A la sociedad, la afectada y agraviada, sólo le queda el derecho de elevar su voz, demandando que las cuentas sean claras para todos. Sin colores, ni matices. Y sin borrones.Hay que desterrar esta vieja práctica de impunidad compartida. A veces parece que caminamos hacia ese objetivo, pero al menor descuido nos encontramos transitando por una ruta diferente, la contraria.La señal tiene que ser clara y directa. Sin preferencias por el delito, ni por sus autores. Sin dañar reputaciones. Y sin proteger desviaciones.Está probado que el “borrón y cuenta nueva” es un caldo de cultivo para el cáncer masivo de la corrupción. Aquel cuerpo lleno de pus todavía no resiste ni siquiera que se le toque con un dedo.La democracia es mucho más que la sucesión ordinaria en el poder. El compromiso es mayor. No es un discurso. Ni un tribunal público.Estamos a tiempo para que el imperio de las cuentas claras se imponga con la fuerza de la voluntad, de la ley y de la justicia transparente, equilibrada y oportuna.

Wednesday, April 06, 2005

Una prensa vigilante, no amante del Gobierno

Ayer, Día del Periodista, fue pródigo en mensajes de alabanzas para el trabajo que hacen los medios de comunicación y los periodistas.
Muchos funcionarios públicos enviaron cartas amables, con expresiones de mucho respeto al papel de la prensa.
Agradecemos que así piensen de nosotros, los medios y los periodistas.
Uno de los mensajes más relevantes fue el del presidente de la Suprema Corte, Jorge Subero Isa.
Admitió que un setenta por ciento de los éxitos de la Justicia se debe al papel vigilante de la prensa. “La prensa –aconsejó– debe mantenerse vigilante al accionar de todos los funcionarios, de las funciones públicas; la prensa tiene que actuar libremente. Tan censurable es la censura que viene de fuera, como la que se imponen los propios comunicadores sociales a consecuencia de las presiones que puedan recibir. No tienen límite. El límite es la prudencia que pueda tener el periodista”.
Esa idea resume la verdadera responsabilidad nuestra. Impone un ejercicio arriesgado, pero compensador. Si las demás libertades humanas dependen, como dijo el magistrado Subero Isa, de la libertad de prensa, grande es, pues, el compromiso que tenemos encima para usarla y resguardarla.
Esa libertad no se garantiza con leyes. Se impone y se fortalece con la propia conducta de periodistas y medios.
Tan grave es para esa libertad un golpe de mano del Gobierno, presionando, usurpando o cerrando medios, o induciéndolo, por miedo, a la censura, como lo es el ejercicio irresponsable de un periodismo complaciente, que es aquel que caracteriza el servilismo de un medio o de sus periodistas ante el Gobierno, con todo lo que esto conlleva en cuanto a manipulación y omisión de las noticias que no agradan al régimen, y consiguientemente desorientación de la opinión pública a la cual se debe.
Nuestra misión es clara: buscar cada día la noticia y, en lo posible, la verdad subyacente en ella. No hacemos nada con señalizar los sucesos, si no sacamos a la luz las verdades ocultas y las situamos ambas –noticia y verdad– en relación recíproca para que así los lectores se tracen una imagen de la realidad. Y se guíen por ella.
Aquí es que radica la esencia de esa libertad, soporte de las demás libertades: en acoplar las dos búsquedas, la de la noticia y la de la verdad.
Pero, ojo, de nada valdría informar “con toda libertad”, si lo que comunicamos es inexacto o muy alejado de la verdad.Y en esto se puede caer a través de las sutilezas de enfoque y trato de las noticias.
Por eso no ha de estar nunca en la agenda ni del LISTÍN ni de ningún medio que se repute independiente, el acompañar, complaciente, a un Gobierno, con sus aciertos y sus dislates, ni convertirse en su escudo protector, sustrayéndole al país la oportunidad de conocer las verdades de los hechos. Eso se lo dejamos a las gacetas oficiales y a los gacetilleros de oficio.
La responsabilidad primordial, como nos dice el magistrado Subero Isa, es la de ser sus vigilantes, no sus amantes, cueste lo que cueste, caiga quien caiga

Tuesday, April 05, 2005

Decepcionante

En menos de ese tiempo, con las abundantes pruebas en poder de las autoridades y con las que éstas recopilaron antes de asumir el poder, era suficiente para que se diera un ejemplo a toda la nación y se encarcelaran y se sometieran a juicio a todos los corruptos

En buena lógica, a ningún gobierno serio debería reclamársele que actúe contra la corrupción. Es más, un gobierno serio tampoco debería permitir que se llegue a este extremo.Por múltiples vías y de múltiples formas, el país le ha pedido al presidente Fernández que muestre voluntad, determinación y energía para castigar la corrupción rampante de las anteriores autoridades gubernamentales.No es una exigencia que desborda la demarcación de la autoridad que ejerce, ya que esa es su competencia.Todo cuanto ha ido en desmedro de la ley, de la Constitución y del erario público –justamente lo que se percibe que fueron los graves pecados de los pasados administradores– ha causado un daño a la Nación.Un daño que sólo se repara por la vía de la justicia, a la que un Estado, sintiéndose perjudicado, tiene todo el perfecto derecho de recurrir con las pruebas en las manos, sin que ningún miedo, ninguna componenda, ninguna indulgencia inmerecida lo pueda detener.Actuar de esta forma fue su compromiso en la campaña electoral y, luego, al asumir el poder.De entonces hasta acá, la experiencia ha sido desalentadora.La gente que se ilusionó con la idea de que la depredación no quedaría impune se encuentra ahora desalentada y pierde toda su expectativa en este sentido.Muchos llegan a sospechar de todo, a imaginar las posibles razones de los pretextos o de las evasivas oficiales frente a esta cuestión.Se preguntan, realmente, si pesa más una gobernabilidad negociada, éticamente impropia, o la sanidad del país, la sanidad del ejercicio de las responsabilidades públicas de los funcionarios.Si muchos grupos, personas y entidades parecen unánimes en su insistente reclamo de acción contra la corrupción es porque la tarea de hacerlo aún no ha comenzado.Está pendiente.No es un problema de impaciencia, como parece verlo el Presidente Fernández al decir ayer que lo más importante es la prevención, no la coerción absoluta.No es tampoco un problema de que el Gobierno tiene siete meses. En menos de ese tiempo, con las abundantes pruebas en poder de las autoridades y con las que éstas recopilaron antes de asumir el poder, era suficiente para que se diera un ejemplo a toda la nación y se encarcelaran y se sometieran a juicio a todos los corruptos.Tiempo ha habido, y de sobra. Voluntad es lo que ha faltado. Eso es lo decepcionante, lo más desalentador.

Decepcionante

En menos de ese tiempo, con las abundantes pruebas en poder de las autoridades y con las que éstas recopilaron antes de asumir el poder, era suficiente para que se diera un ejemplo a toda la nación y se encarcelaran y se sometieran a juicio a todos los corruptos

En buena lógica, a ningún gobierno serio debería reclamársele que actúe contra la corrupción. Es más, un gobierno serio tampoco debería permitir que se llegue a este extremo.Por múltiples vías y de múltiples formas, el país le ha pedido al presidente Fernández que muestre voluntad, determinación y energía para castigar la corrupción rampante de las anteriores autoridades gubernamentales.No es una exigencia que desborda la demarcación de la autoridad que ejerce, ya que esa es su competencia.Todo cuanto ha ido en desmedro de la ley, de la Constitución y del erario público –justamente lo que se percibe que fueron los graves pecados de los pasados administradores– ha causado un daño a la Nación.Un daño que sólo se repara por la vía de la justicia, a la que un Estado, sintiéndose perjudicado, tiene todo el perfecto derecho de recurrir con las pruebas en las manos, sin que ningún miedo, ninguna componenda, ninguna indulgencia inmerecida lo pueda detener.Actuar de esta forma fue su compromiso en la campaña electoral y, luego, al asumir el poder.De entonces hasta acá, la experiencia ha sido desalentadora.La gente que se ilusionó con la idea de que la depredación no quedaría impune se encuentra ahora desalentada y pierde toda su expectativa en este sentido.Muchos llegan a sospechar de todo, a imaginar las posibles razones de los pretextos o de las evasivas oficiales frente a esta cuestión.Se preguntan, realmente, si pesa más una gobernabilidad negociada, éticamente impropia, o la sanidad del país, la sanidad del ejercicio de las responsabilidades públicas de los funcionarios.Si muchos grupos, personas y entidades parecen unánimes en su insistente reclamo de acción contra la corrupción es porque la tarea de hacerlo aún no ha comenzado.Está pendiente.No es un problema de impaciencia, como parece verlo el Presidente Fernández al decir ayer que lo más importante es la prevención, no la coerción absoluta.No es tampoco un problema de que el Gobierno tiene siete meses. En menos de ese tiempo, con las abundantes pruebas en poder de las autoridades y con las que éstas recopilaron antes de asumir el poder, era suficiente para que se diera un ejemplo a toda la nación y se encarcelaran y se sometieran a juicio a todos los corruptos.Tiempo ha habido, y de sobra. Voluntad es lo que ha faltado. Eso es lo decepcionante, lo más desalentador.

Monday, April 04, 2005

Juan Pablo II y la Iglesia dominicana

Ese historial ha valido para que, ahora, en los umbrales para la elección del sustituto de Juan Pablo Segundo, el nombre de Nicolás de Jesús López Rodríguez figure entre el reducido grupo de cardenales a los que los vaticanistas y otros expertos consideran “papables”

La Iglesia católica dominicana debe mucho de su crecimiento y fortaleza al estímulo del querido Papa Juan Pablo Segundo, bajo cuyo pontificado la distinguió sobremanera.Cuando se habla de Iglesia se habla del país. Nuestra suerte no le fue ajena en ninguna circunstancia.Nos trataba como “primogénitos de la fe en América”, tal como nos lo recordó ayer, en su homilia en la Catedral, el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.En una de sus visitas, nos legó toda una doctrina social contra la pobreza, las injusticias, la marginación y contra la desintegración de las familias.Fue un mensaje bienintencionado, ofreciéndonos aliento y luces para que marcháramos por mejores caminos.Distinguió a nuestra Madre Protectora, la Virgen de la Altagracia, coronándola como estrella de la nueva evangelización.Estuvo presente, con sus oraciones y a menudo con ayudas materiales sustanciales, en nuestras grandes tragedias.Y en una de las más recientes, hizo que un enviado especial suyo viniera a consolar a los damnificados.Nos visitó tres veces y desde aquí lanzó, para el mundo cristiano latinoamericano, su reto para una nueva evangelización.Presidió la Cuarta Conferencia de la Comisión Episcopal para América Latina.Y en más de tres oportunidades delegó, especialmente en nuestro cardenal López Rodríguez, su representación en eventos de gran envergadura para la Iglesia universal en diferentes partes del mundo.Autorizó la creación de nuevas diócesis y elevó la de Santiago al rango de Arquidiócesis, nombrando al segundo arzobispo del país.La Iglesia dominicana ha cumplido con sus propios retos y le ha sido fiel a la autoridad del hoy extinto Juan Pablo Segundo.Los dominicanos lo honramos no sólo con nuestro cariño y admiración, sino otorgándole su nombre a templos, salas universitarias, calles y otros recintos, y atesorando los mejores recuerdos de sus visitas.Fruto de esta atención pontificia a la República Dominicana y a su Iglesia, su figura local más prominente, el cardenal López Rodríguez, ha podido desplegar una enriquecedora misión en las tres diócesis en que ha trabajado a lo largo de sus 44 años de vida sacerdotal.Ese historial ha valido para que, ahora, en los umbrales para la elección del sustituto de Juan Pablo Segundo, su nombre figure entre el reducido grupo de cardenales a los que los vaticanistas y otros expertos consideran “papables”.Esa sola cualidad enaltece al prelado y al país. El saber que contamos con una figura con las dotes y la fe para guiar al pueblo de Dios en la tierra, es un verdadero honor para todos los dominicanos.

Sunday, April 03, 2005

El nuevo apóstol de la Divina Misericordia

El mundo le devuelve con lágrimas, con honda congoja, con abundantes ruegos, todo el manantial de cariño que él nos brindó, y toda la luz que proyectó sobre nuestros confusos horizontes para que podamos ver, hoy, mañana y siempre, el “nuevo esplendor” de la misericordia de Dios. Paz a Juan Pablo Nuestro...

En 1931, una humilde polaca de Cracovia, la tierra en que nació Karol Wojtyla, experimentó una revelación divina extraordinaria.Elena Kowalska vio a un Jesucristo envuelto en una túnica blanca, iluminada a la vez por dos haces de luz, uno rojo y otro pálido, que salían de su corazón.Le ordenó pintarla y colocarle la siguiente leyenda: Jesús, en Tí confío”, y le prometió que todo aquel que venerara esa imagen no perecería. Además, le propuso:“Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la fuente de la misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma Jesús, en Tí confío”.Y dispuso que la Iglesia celebrase la Fiesta de la Misericordia el domingo siguiente al de Resurrección.Este domingo, justamente, en el que nos encontramos.Es curioso que, habiendo dispuesto esta fiesta, la Santa Sede no le hiciera caso a los testimonios de Elena Kowalska, hoy Santa María Faustina, hasta que pasaron veinte años y un hombre de Cracovia, Wojtyla, convertido en Papa Juan Pablo II, reivindicara su valor.Él hizo que, de veras, la fiesta se instituyera y se cumpliera así la propia premonición que Santa María Faustina había hecho, en 1935, al darse cuenta que su devoción no era admitida.Dijo: “Llegará un momento en que parecerá que esta obra que Dios tanto recomienda está en completa ruina y, entonces, la acción de Dios seguirá con gran poder, y dará testimonio de la verdad. Ella –la obra– será un nuevo esplendor para la Iglesia, aunque haya reposado en ella desde hace mucho tiempo”.¿Acaso no se refiere ese “nuevo esplendor” al extraordinario impulso y renovación que hubo de experimentar, desde el 1978 hasta hoy, la Iglesia bajo el timonel terrenal de Juan Pablo II?Hoy, en la hora en que ha ido a morar con Dios, es cuando mejor apreciamos los relieves de su misión pontificia.No solamente lo admiramos como un auténtico hombre de fe y de valor, sino como un amable, sonriente y amoroso pastor, que le dio a la humanidad un nuevo aliento con sus súplicas al Padre y que nos señaló el camino para hallar la verdadera misericordia de Dios.Sor María Faustina y Karol Wojtyla son dos verdaderos apóstoles de la misericordia. Desde una tierra de gentes sufrientes, enaltecieron el modelo de vida del cristiano, un modelo basado en la humildad, en el amor, en la solidaridad y en el sacrificio.El mundo le devuelve con lágrimas, con honda congoja, con abundantes ruegos, todo el manantial de cariño que él nos brindó, y toda la luz que proyectó sobre nuestros confusos horizontes para que podamos ver, hoy, mañana y siempre, el “nuevo esplendor” de la misericordia de Dios. Paz a Juan Pablo Nuestro...

Saturday, April 02, 2005

Juan Pablo nuestro.....

Como Jesús en el huerto, como los demás apóstoles que le precedieron en la promoción del evangelio en el mundo, así Juan Pablo II ha cumplido, en la agonía, la pasión gloriosa de los auténticos mártires de Dios en nuestra tierra.
El mundo entero vivió, gozoso, la gracia y el vigor de su misión pastoral.
También padeció como él los difíciles trances del fallido atentado contra su integridad y las recaídas de su salud.
La humanidad siempre admiró en Juan Pablo II la fortaleza de su espíritu, su afán emprendedor, su gran estilo como soldado de la fe, y su admirable apego a la vida y a la misión que el Señor le encomendó.
Nunca claudicó ni renunció a su misión.Y, como si parafraseara a Cristo en su íntima convicción de que le esperaba la gloria –“ nadie me quita la vida, sino que la entrego voluntariamente”– así Juan Pablo II le fue fiel discípulo y humilde siervo a su Señor.
La serena esperanza de su vida en Dios, le hace merecedor de la bienaventuranza eterna.
La muerte, para el creyente, es el paso a la plenitud de una vida que se inicia en este marco existencial, pero que la trasciende por medio de la comunión con Cristo.
“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”.
Juan Pablo, como sus antecesores en el ministerio, nos enseñó que la muerte física, inevitable, inescapable, no es el final del camino, sino la puerta que abre al hombre la oportunidad de su liberación y salvación del pecado.
Esa fue su prédica frecuente en sus contactos con gentes de todo el planeta y eso permitió que la Iglesia, ya decidida al “aggiornamiento” con el mundo actual, se globalizara, se entroncara en espacios en los que la fe era limitada, precaria o inexistente, y penetrara con todo ardor en ellos.
Y el Papa, como precursor de un estilo nuevo de comunicar el evangelio, con su buen humor, con su gracia, conquistó los corazones de millones de seres, especialmente los jóvenes.
Por eso su ausencia abrirá un gran vacío a una humanidad sedienta de paz y de unidad. Esa paz de la que está sedienta el mundo, sólo se conquista por medio de la justicia, la solidaridad y, especialmente, por la vía del perdón, como él nos lo enseñó.
Tanto tiempo entre nosotros, el Santo Padre deja una huella difícil de reproducir. Las semillas de paz y de perdón, de fe y de comunión cristiana que él ha sembrado a través del largo pontificado que termina, tienen necesariamente que germinar en un mundo distinto, en una nueva actitud del hombre frente a su padre creador y frente al prójimo.
“No temais”, nos dijo cuando asumió el Papado.Y ahora nos deja el reto de seguir remando fuerte, mar adentro, en el núcleo de la fe, para reencontrar a Dios, como él lo hará.

Friday, April 01, 2005

Una conspiracion contra el pais

A juzgar por las revelaciones que hizo el senador Tonty Rutinel, en el Senado se estaba incubando una verdadera conspiración contra la estabilidad del país, a través del rechazo de la ley para renegociar bonos soberanos por mil 100 millones de dólares.
La fuerza política que controla a la mayoría de los senadores renuentes a la aprobación bajó la línea de que la renegociación no se aprobara, para así malograr el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Y, a partir de ahí, esperar la caída de todas las piezas que forman parte del programa de estabilización económica y, por ende, aguardar que sobreviniera un malestar social que pusiera en aprietos al actual gobierno.
Según Rutinel, el promotor de la idea fue el ex presidente Hipólito Mejía, quien habría dado la orden a los senadores durante una reunión, y de acuerdo con su testimonio, la resistencia a la aprobación de los proyectos de renegociación estaba destinada a echar por el suelo el acuerdo con el FMI, con todas sus consecuencias.
Finalmente, se impuso la sensatez y los proyectos fueron aprobados y con ello se garantiza la viabilidad del acuerdo con el Fondo, una pesada e incómoda herencia que nos dejó el anterior gobierno, culpa de sus propias impericias en el manejo de la economía.
Lo que presenciamos, con el tira y jala de los bonos en el Senado, fue una ridícula comedia.
Porque, en verdad, los papeles estaban invertidos.
Los bonos que se pretenden renegociar tuvieron un uso no del todo claro para el país.
Hay fuertes sospechas de que no se invirtieron en los proyectos señalados por la ley.
Teóricamente, su renegociación implica un descargo de culpa a la anterior administración por las eventuales violaciones a la ley, y en lo adelante una carga pesada, de un compromiso tan cuestionado y hasta ahora tan poco útil y beneficioso, para este gobierno y para todos nosotros. No se entendía, entonces, el porqué de la resistencia.
Pero el senador Rutinel, que es un legislador franco, responsable y valiente, se ha ocupado de dar la respuesta: en verdad, lo que existía era una conspiración auténtica para derrumbar la plataforma en la que se sustentará la estabilidad macroeconómica, y sacar obviamente provechos políticos de la crisis.
Conllevaba, en el fondo, una alta dosis de chantaje.Y el propio legislador también lo dijo: el grupo opositor quería cambiar bonos por impunidad. Y casi lo logra... si es que acaso no lo ha logrado ya, y todavía quedamos muchos sin saberlo.