¿Dónde estaba la supervisión bancaria?
SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA.- El Consejo de Directores del Banco del Progreso ha procedido judicialmente contra el ex-presidente de esa entidad bancaria, acusándolo de abuso de confianza, estafa y lavado de activos por una suma cercana a los 14 mil millones de pesos.
La querella fue depositada en la Fiscalía del Distrito Nacional, y viene a constituir una verdadera sorpresa, pues hasta ahora se tenía como verdad irrebatible la afirmación de la Autoridad Monetaria y Financiera en el sentido de que la banca comercial estaba saneada.
Lo que se denuncia en la querella contradice, a las claras, la manida argumentación que por meses han sostenido las autoridades y la propia Asociación de Bancos, acerca de la real situación de las instituciones financieras del país.
¿Sabían o no las autoridades monetarias que en el Banco del Progreso se estaban registrando esas supuestas operaciones irregulares que ahora se le imputan a quien fue, por muchos años, su presidente?
¿Habían tenido o no conocimiento, por vía de auditorías asistidas, de que algo irregular estaba aconteciendo allí adentro que afectaría la integridad de esa institución?
Si no tuvieron la información idónea y de manera directa a través del obligado mecanismo de la supervisión que con tanto esmero ha diseñado el Fondo Monetario Internacional, ¿por qué no actuaron cuando un ciudadano se querelló, con semejantes argumentos, ante el Depreco en meses pasados?El Depreco prometió que interrogaría a los ejecutivos del Banco.
¿Realmente llegó a cumplir con ese deber, en aras de esclarecer una preocupante denuncia sobre supuestos manejos irregulares en esa entidad bancaria? ¿Quién o quiénes fueron interrogados para establecer si la denuncia era o no correcta?
¿Hasta qué punto ha habido irresponsabilidad de las autoridades al quedarse en el limbo frente a una situación que debió de ser tratada y resuelta con su eficaz intervención?
Ahora, inesperadamente, salen a relucir los primeros detalles de operaciones que se consideran lesivas al interés del Banco y hay que esperar que la justicia dominicana, y los sectores de la sociedad civil que siempre se han preocupado por la sanidad del sistema, contribuyan a esclarecer tales denuncias.
Los miembros del Consejo de Directores admiten que tuvieron que procurar recursos frescos para cubrir el agujero y para sacar el banco a flote. Este esfuerzo comenzó hace varios meses y para ello se estableció un plan de desmonte de papeles comerciales que, de acuerdo a explicaciones dadas ayer, nunca tuvo la aprobación de su destituido presidente.
Las investigaciones posteriores determinaron que los problemas eran más graves y es en base a sus resultados que han procedido con la querella.
Toca ahora a la Justicia escudriñar y sacar a la luz toda la verdad de esta escandalosa situación que a todos sorprende, pues se nos había dicho que toda la banca estaba ya libre de dificultades.